Harry Potter y el misterio del príncipe

En esta sexta y penúltima entrega de la popular saga, Harry Potter vuelve a pasar el verano en la casa en la que creció: la de los Dursley, donde viven sus tíos y su primo Dudley. El mundo es un lugar más oscuro para él y para todos: ya nadie duda de que Voldemort, el mago más tenebroso, haya vuelto. Él y sus secuaces siembran el pánico por doquier y sin preocupación de que los muggles —gente no mágica— reparen o no en ellos. 

No se puede decir que J. K. Rowling «trate bien» a su personaje estrella. Harry Potter ha sufrido más en sus ya dieciséis años de lo que ha disfrutado: perdió a sus padres cuando era un bebé, creció maltratado por sus tíos y su primo, y la alegría de descubrir que tenía un padrino que lo quería y se encargaría de él le duró poco, ya que este primero hubo de esconderse para al final ser asesinado, delante mismo de Harry. Por si todo esto no fuera suficiente, ahora también sabe que su destino es pelear a muerte con Voldemort, puesto que para que uno de los dos viva, el otro ha de morir.

Con todo ello a sus espaldas regresa tras las vacaciones al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. La novedad del curso es que el ambiguo profesor Snape —uno de los mejores personajes de la saga— por fin imparte Defensa contra las Artes Oscuras. Un nuevo profesor se hace cargo de su antigua asignatura, Pociones, en la que hasta ahora Harry fracasaba con estrépito. Este curso, sin embargo, se convierte en el mejor de la clase, por delante incluso de su gran amiga Hermione. Ello no es solo debido al cambio de docente, sino que tiene mucho que ver con un viejo libro que llegó por casualidad a sus manos y que fue propiedad de alguien que firmaba como el Príncipe Mestizo.

El fortalecimiento del poder de Voldemort y por ende de la magia negra también se siente dentro de Hogwarts, a pesar de las medidas de protección tomadas por sus profesores, todos ellos grandes magos. Su director, Dumbledore, requiere a Harry para ayudarlo a llevar adelante un plan para derrotar al gran mago tenebroso; una misión repleta de revelaciones y peligros.

Tanto Harry y sus mejores amigos Ron Weasly y Hermione Granger como el resto de sus compañeros ya se encuentran en plena adolescencia y eso se nota en la trama. Aparte de aprender magia y prepararse para luchar contra el mal, tienen inquietudes propias de su edad, entre las que está, por supuesto, el amor, que también les proporcionará descubrimientos y nuevas experiencias.

Junto con los personajes crecen también los lectores. El mayor salto se dio en la cuarta entrega, pero con cada nueva historia las tramas se vuelven más oscuras y con una presencia mayor de la muerte, que golpeará con más fuerza que nunca hasta ahora en las últimas páginas de esta novela. El final de "Harry Potter y el misterio del príncipe", abierto, es la rampa de salida para el principio del fin. Toda la novela lo es en realidad: se van revelando incógnitas acumuladas libro tras libro que desenredan la situación actual para así poder hacer frente a lo que está por venir.