- Le preguntan: ¿Qué opina él de la literatura infantil y por qué escribe para los niños?
Tournier responde: “No, no escribo para los niños. Nunca. Me avergonzaría hacerlo. No me gustan los libros escritos para niños. Es subliteratura. Pero tengo un ideal literario, unos maestros, y estos maestros se llaman Perrault, La Fontaine, Kipling, Selma Lagerlöf, Jack London, Saint Exupéry y, ¿por qué no?, Victor Hugo. Son autores que no escriben nunca para los niños. Sólo que escriben tan bien que los niños pueden leerlos.”
- Se define como "un artesano que trabaja para el lector".
- "Yo no escribo para mí ni para encontrar una moral o un sentido a las cosas. Escribo ni más ni menos que para ser leído".
- "Yo quería emular a maestros como Spinoza, Kant o Leibniz, pero no fue posible. De este modo, ejercí varios oficios, incluido el de periodista, y empecé a participar en programas de radio y de televisión y a escribir literatura infantil".
- Apasionado de la teoría del conocimiento y del choque entre el sujeto y el objeto, Michel Tournier puso un ejemplo de las relaciones entre la filosofía y la literatura: "Supongamos que yo soy Cervantes y he escrito El Quijote. En esta novela se plasma de un modo clarísimo el enfrentamiento entre la teoría de la novela caballeresca y el encuentro con la realidad pura y dura".
- Sobre el mito de Robinson Crusoe creado por Daniel Defoe: "Existe una filosofía oculta en el hecho de colocar a un hombre en una isla desierta. Se trata de un náufrago que dispone de alimentos y de agua para sobrevivir, pero que vive durante dos décadas sin memoria, sin sexualidad, sin la presencia del otro. ¿Qué ocurre cuando aparece el otro, Viernes, que además es negro, en contraste con el blanquito inglés y cristiano que es Robinson? Pero, junto a esta filosofía oculta, aparecen también en aquella famosa novela historias de caza, de pesca, de baños en el mar, de tempestades, aspectos muy reales y cotidianos".
- El viaje está siempre presente en su obra: "El viajero siempre abandona algún lugar, pero no necesariamente se trata de una huida. En todo viaje siempre existe un objetivo a alcanzar".
- "El número de personas que lee es muy reducido. No hay más que contemplar la grave crisis que padece la prensa escrita francesa. De todos modos, no pasa nada porque un escritor no sea famoso. La autora de Lo que el viento se llevó, una de las novelas más famosas de la historia, es Margaret Mitchell, una mujer de la que no disponemos ni siquiera de un retrato, no sabemos la cara que tenía".