Biografía: Fleur Jaeggy nació en 1940 en la ciudad suiza de Zurich. Su lengua materna es el italiano y este es el idioma en el que escribe sus libros.
Tras cursar sus estudios en diferentes internados de Suiza, Jaeggy se trasladó a vivir a Italia, donde reside hace más de treinta años. Se estableció inicialmente en Roma, donde se relacionó con Thomas Bernhard y trabó una gran amistad con la escritora austriaca Ingeborg Bachmann; años después se trasladó a Milán y empezó a colaborar con la editorial Adelphi.
Fleur Jaeggy compaginó la escritura de sus libros con la traducción de autores como Robert Walser, Marcel Schwob, Robert Schumann, Thomas de Quincey y John Keats. Su obra, sembrada de premios literarios, ha llamado poderosamente la atención de la crítica especializada, que le ha otorgado el estatus de autora de culto. Con su forma de escribir, precisa, depurada y despojada de todo lo superfluo, Jaeggy crea un ambiente íntimo, aunque tremendamente cruel y distante, en el que transpiran las emociones contenidas, estáticas, silenciosas y potentes. A menudo sus textos han sido definidos como "novelas metafísicas", donde la acción transcurre en el interior de sus protagonistas. Esta autora es, para muchos, la escritora italiana contemporánea de mayor entidad.
Curiosidades: - Esta autora, esposa del escritor italiano Roberto Calasso -propietario de la editorial Adelphi- se declara admiradora incondicional de Herman Melville, sobre todo de sus novelas "Billy Budd" y "Bartleby, el escribiente".
- Fleur Jeaggy se define como una persona muy tímida, a la que no le gustan demasiado las entrevistas ni participar en las giras promocionales de sus libros. No le agrada ser fotografiada ni hablar de su vida privada y enfrentarse a audiencias es un reto para ella.
- A pesar de que no descarta utilizar el ordenador en el futuro, Fleur Jeaggy sigue usando la máquina de escribir, como viene haciendo hace más de treinta años. Confiesa que le gusta el ruido de las teclas sobre el papel.
CITAS, FRASES, DECLARACIONES Y POÉTICA: - "Yo me limito a estar sentada ante la máquina de escribir y a golpear las teclas; si luego resulta que los personajes no exteriorizan nada, ¿qué puedo hacer yo? Creo que, en realidad, algunos personajes son bastante extremos. Una cierta glacialidad también revela sentimientos".
- "Me gusta el vacío y no lo tengo. Saber que a mi espalda la pared está vacía es un alivio".
- "Lo interesante es topar con dificultades, porque el placer de escribir está en resolverlas".
- "A veces no tengo ningún proyecto ni ganas, pero sigo yendo a la máquina de escribir. Aunque callar es lo mejor".
- "El momento en que al fin se publica el libro es un alivio. En realidad, en el último momento, yo no quiero publicar. Pero cuando recibo las pruebas terminadas experimento una sensación de liberación".
- "Me alejo de mis libros ya terminados".