No subiré jamás
Álvaro García Romero
No subiré jamás
arándanos ni velas.
Las anémonas y el libro
se morirán en mis manos.
No sucederá el café
ni la música. Ni sabré qué sienten
los que caminan al sueño.
Esta historia lleva tatuadas
demasiadas calles para el olvido.
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