Reloj que marcas las horas...

Juji Mogar
Estaba pasando unos días de vacaciones en casa de mi hermana, cuando mi adolescente sobrino, me hizo notar la manía que tenemos de descartar los minutos indeterminados de nuestro horario. La primera vez que me di cuenta de ello, fue cuando saliendo por la puerta, su madre le preguntó a qué hora volvería para comer, y su respuesta fue: "a las 13:47h". Me encantó esa imprecisa precisión, sobre todo, porque volvió exactamente a esa hora. El hecho en cuestión se fue repitiendo con exacta inexactitud horaria en los cuatro días de estuve allí, y aunque inicialmente me chirriaba en los oídos, me fui adaptando gradual y gratamente, y cuando volví, ya no podía seguir con mi monótono, implantado, seguro, y plano horario.
Así que ahora, ya no organizo mis reuniones a las 9:00h, lo hago a las 9:03h, (riéndome secretamente con la cara de extrañeza que ponen mis asistentes cuando la convoco).
Y tampoco quedo ya con una amiga para comer a las 14.00h. Quedo a las 14:04h, y si voy a llegar antes o más tarde, juro que no cruzo la puerta del restaurante si mi reloj marca esos minutos tan sosos que acaban en 0 o en 5.
Y si ahora os preguntáis qué aporta este mini relato a la Gran Casa de Trabalibros, podría escribir varias respuestas, y emplear más de 27 minutos en ello, pero con que he quedado a las 10:33h, no puedo en esta entrega añadir nada más.
Texto libre Trabalibros

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