La mariposa
Orlando Valle García
Mientras observaba el errático vuelo de una mariposa, la limonera, otros le observaban con mal disimulada ironía. Le afligía sobremanera que no existiese un nexo común con aquellos hombres.
−¿Cómo sobrevivir con esa incapacidad de asombro? Con la sensibilidad fosilizada −pensó, aún embelesado por la gracilidad de la lepidóptera.
Alguien se le acercó y dijo:
−La imaginación es la única salida.
−No creo que estén todos de acuerdo −replicó, mirando de soslayo a los demás.
−Lo están; todas las noches sin excepción, sobrevuelan el muro y los alambres de espino, incluso yo, créeme −concluyó el guardia, absorto en la mariposa.
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