No sabía hablar

Juji Mogar
No sabía hablar.
A veces, intentaba componer frases enteras y apenas a las cuatro palabras se bloqueaba esperando esa interrupción que sabía que llegaría en un micro segundo. Y ésta llegaba. Sin piedad.
Otras veces, con paciencia sin límites, cuando intentaba, con mucha educación y tacto, seguir el hilo de la otra conversación con algún que otro comentario u opinión, también era interrumpida, así que incluso ese esfuerzo era desechado sin miramientos.
No sabía hablar.
Después de tanto tiempo sin ser nunca escuchada, era una consecuencia evidente y esperada. No es que aquello que tuviera que decir fuera más interesante, importante, relevante o impresionante que aquello que pudieran expresar verbalmente los demás, pero tampoco lo era menos, simplemente tuvo el gran infortunio de conocer durante toda su vida gente que creían que sus vidas eran más importantes, sus actos los más asombrosos, sus luchas las más encarnizadas, sus amores los más intensos y en definitiva, sus vidas muchísimo más trascendentales que la de ella.
No sabía hablar.
Ya no lo lamentaba como antaño, aunque aún se le desgarrase en lo más íntimo de su ser alguna que otra cicatriz incurable, pero logró construir un vacío entre ella y aquellos que la utilizaban tan solo para hacerla papel blanco donde escribir sus memorias cotidianas.
Y aprendió la lección.
No sabía hablar.
Ahora escribía.
Y aquellos que nunca la escucharon, aquellos que seguían sin oírla, se quedaban prendidos de sus palabras escritas, como adeptos de una secta.
Texto libre Trabalibros

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