Sin prisas me mezclé
en un puerto chisporroteante
con mi voz,
una de las muchas de una noche
sazonada con luces,
como los pensamientos de los pescadores.
Estaba claro que no te habías duchado:
la luz de la casa, y el agua,
se habían ido hace mucho tiempo.
Tus pezones sabían a pescado.
Sin embargo - eras una ostra en la oscuridad -
te tragué de un solo bocado.
Poema (de "Historias de poemas ordinarios", Manuel Paolino, Amazon, 2021)
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