Jazz

Vitrales negros empañan ocasos.
Qué sentido tiene vivir,
Beber en copas violetas el raro sabor de tu cuello
Doliéndole al mar: locura o fatuidad
De concurrencias en la orilla.
Suena el jazz.
Estoy dormido junto a ella,
Pone algo calcinado en mi boca.
Brebaje agridulce me recorre
Como a una maldita escalera de caracol.
Soy acero, bronce, plástico: nadería.
En soledad de huesos, grafitis,
capricornios trazados con el índice.
Crema escarlata se escurre,
Días neutros van llenando espacios
Como pared resanada.
He aquí, sobre la pared han clavado
Tu ebriedad frente a gaviotas que se alejan.