Reprimenda
Elías F. Gómez
¿Por qué leen estos ruidos otoñales
que perpetro, insolente o aburrido,
para poblar un tiempo sin sentido
y distrarme un poco de mis males?
¿No saben que en la calle está la ciencia,
la belleza, los vinos, los placeres,
que los parques, los hombres, las mujeres
les esperan con tierna impaciencia?
Si admiten un consejo los lectores,
no se detengan en mis tonterías,
porque el tiempo tampoco se detiene.
Esos pocos minutos que uno tiene,
esas horas de irreversibles días,
han de llenarse con cosas mejores.
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