La máscara danzante

Rafael Rodríguez Guerra
"Entonces, ábrete. Que surja el ser humano. Respira el aire y el silencio".
Franz Kafka
A veces, para verla, tendría que apostarme detrás del rosal. Esto no es sencillo sino agotador. Su rostro es gélido. Si uno pudiera tocarlo, para nada se desvanecería. La máscara va y viene y a uno le nacen deseos inconmensurables de besarla. ¿Acaso es un hechizo o, en el peor de los casos, ella pensará que somos elegibles?
Si aguardara un par de días más, mi descubrimiento podría asustar a los hombres del mañana. En realidad, es una máscara sonadora. ¿Qué es una máscara sonadora? Un antiguo enigma nórdico. La máscara de hielo por fin me ha descubierto y, es posible que le desagrade mi físico. Se acerca y nos besamos. Aquel desagrado pronto convertirá nuestras vidas en olvidado papel canónico. Prefiero ser franco: al principio, cuando la máscara de hielo zigzagueaba en el gran salón, yo había programado de antemano su muerte.
Texto libre Trabalibros

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