Paisaje

Nazaria Delgado Lucero
La carretera sinuosa, curva tras curva que conduce a mi pueblo, pudiera hacer pensar a quien se aventurara a transitar por esos lugares, que esta penetrando a una selva boscosa en la que los peligros acecharían, pero, - "no es así" se entra a un paraíso tal vez semejante al que se menciona en la biblia.
Por un costado esta rodeada de exuberante vegetación, las plantas simulan una alfombra verde impenetrable en donde no se logra ver el fondo, un horizonte apenas visible que daría fin a la visión.
Por el lado contrario una pared de enorme altura, en donde escasos habitantes instalan sus chozas y una explanada que utilizan para poner los granos de café recién cortado, para después prepararlo para llevarlo a vender al tianguis del pueblo, lo obtenido por la venta lo utilizan para comprar aguardiente - (bebida embriagante) para regresar a su humilde choza, con las bolsas vacías -"eso si," bien mareados.
Texto libre Trabalibros

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