Un largo camino que conduce a la nada

Unos jóvenes motivados a la búsqueda de aventuras, con la algarabía propia de la edad entre los diez y seis y veintidós años. Para ellos se trataba de conocer otras latitudes lejos de la monotonía de la vida, no dejarían pasar la ocasión.
Se decidieron por una región inhóspita que a nadie le llamaría la atención y menos aun, si tuvieran que ir a "ningún sitio".
Todo el panorama rodeado de arbustos y cactus que crecen sin control, soportando las temperaturas extremas en verano como en invierno, en el que solamente los animales rastreros escondidos bajo la tierra forman sus guaridas.
Encontraron una choza en la que las carencias era visible, así como la luz del día que poco a poco se iba extinguiendo y la linterna que alumbraba, daba una poca de claridad a un espacio que siendo pequeño no lograba que la visión captara.
Una charla se escuchaba, trataban de ver la manera de trasladarse al vecino país, a decir de ellos "brincar el charco" sin contar con el dinero que les pedía el nombrado"coyote" persona que se encargaría de pasar la linea, ademas de dejar a su familia, esposa e hijos sin contar con lo necesario.
Hasta allí escucharon la platica cuando decidieron marcharse.
Como a la mitad del camino encontraron una cruz con una inscripción que decía: en este lugar quedo la sangre de un poblador que defendió el único patrimonio que les dejaba a sus hijos. "La tierra".