La confianza de la piel,
es aquella que puede gritar sobre los poros la morbosidad de la desnudez,
arrancar la cortina que oculta la indecencia pura,
las ganas desenfrenadas,
es entregarle a la lengua la peligrosa y apasionante tarea de vestir un cuerpo con saliva,
Poner en los dedos la voluntad de explorar con exactitud cada recoveco de otro ser,
sólo confía tus sentidos a una piel tras la intimidad
y abrirás las puertas a la habitación del apetito,
esa hambre propia y compartida
en la que todos los deseos de tu mente dejarán de callar
Confíame tu piel...
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