Derrámame tu luz

No te marches alma mía
aferrado al pulso del espíritu
contigo estrecho el diálogo
déjame un abrazo enredado como hiedra
a mi carente músculo de carne
al corazón ciego y amante
un sueño trepando
de mis labios a los ojos
una pluma de tu vuelo angelical
incrustada sobre mi endeble pecho
unas alas para perseguirte las sombras
la más albas que he visto en la vida
son pisadas de luces
estelas de estrellas que riman con la noche
sombras de astro iluminado
que adornan el mismo cielo que hoy miramos
estás repartida como una hostia de Dios
para saciar el hambre profunda de las entrañas,
córtame con el filo de tu belleza
desgárrame las manos con tu alma bondadosa
atácame con municiones de tus átomos
que ya los oídos se tumban sobre esta tierra
Y escuchan retumbar el vibrante galopar del infinito
que viene decidido con su lanza
a partirnos en dos el alma
viérteme ya tu antiguo bálsamo de fuego
y tendré, pese al dañino bárbaro del destino amargo
la memoria de la eternidad intacta.