Si has aprendido a coser heridas antes que botones, tal vez pertenezcas al colectivo de las enfermeras de la Sanidad Pública. Si este es tu caso, sabrás que todavía no han inventado la vacuna que cure los efectos de los recortes, de la inestabilidad laboral, de la falta de medios y de personal. Y entonces, inevitablemente, padecerás la enfermedad más común entre el gremio: te habrás convertido en una enfermera saturada.
Tu dolencia, aunque no tenga cura, tiene paliativo. Se recomienda tomar en dosis abundantes y periódicas. El principio activo de este medicamento se llama Sentido del Humor y se encuentra en generosas cantidades en los libros de "Satu", un chico de Lugo llamado Héctor Castiñeira que adoptó como seudónimo "Enfermera Saturada".
Héctor adoptó un apelativo femenino, consciente de que su colectivo estaba formado en un 85% de mujeres. Y llegó hasta ellas contagiándoles sonrisas, cambiando el agobio por la carcajada y el malestar por la alegría. También supo ganarse a los pacientes que, a pesar de no conocer desde dentro el complicado mundo de la Sanidad, no son ajenos a él y disfrutan de las anécdotas, curiosidades y comentarios cargados de simpática ironía. Porque cualquiera que esté dispuesto a pasar un buen rato lo logrará leyendo capítulos como "El síndrome del recomendado", "Comiendo en el hospital. Cocina de (con) fusión" o "Los camisones hospitalarios. Picardías de todo a cien".
Con "La vida es suero", el primero de sus libros, logró alcanzar y mantenerse durante largo tiempo en la lista Top Ventas. Y apostamos a que el segundo, al que ha puesto por título "El tiempo entre suturas", seguirá el mismo camino. Así lo indica el interés que muestran sus miles de seguidores en redes sociales. También sus múltiples fans, que no dudaron en asistir en masa a la presentación que tuvo lugar la semana pasada en el Forum de la Fnac San Agustín de Valencia. Ni en hacer cola pacientemente con la esperanza de que "Satu" les dedicara un libro. Y lo cierto es que no es de extrañar: el ingenio, la simpatía y el buen humor son excelentes remedios contra todos los males.