Trabalibros entrevista a Valérie Tasso sobre Cincuenta Sombras de Grey y la literatura erótica

jueves, 10 de enero de 2013
"Para mí la literatura erótica es una redundancia, porque el erotismo siempre es literatura".
Valérie Tasso no necesita presentación. Su presencia en los medios de comunicación es habitual desde hace varios años y esto le ha otorgado una gran popularidad en nuestro país. Inició su carrera literaria en 2003 con la publicación de su primer libro "Diario de una ninfómana", al que le siguieron "Paris la nuit", "El otro lado del sexo", "Antimanual de sexo", "Sabré cada uno de tus secretos" y "Diario de una mujer pública". Además de escritora, esta sexóloga e investigadora francesa es licenciada en Ciencias Económicas y Lenguas Extranjeras Aplicadas y obtuvo un máster en Dirección de Empresas por la universidad de Estrasburgo.

Trabalibros tuvo la oportunidad de entrevistarla; nos interesaba especialmente su visión de la literatura erótica en general y su opinión particular sobre el fenómeno "Cincuenta sombras", la trilogía erótica que ha reactivado la lectura de este género.

Trabalibros entrevista a Valérie Tasso(2)

- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): Tradicionalmente la literatura erótica explícita ha sido un producto para el consumo masculino. Sin embargo estas novelas, que podrían definirse como novelas románticas subidas de tono, son también muy explícitas y han tenido un gran éxito entre las mujeres. ¿Qué tiene este libro que, tratando la sexualidad de esta forma, ha gustado tanto a las mujeres?

- Valérie Tasso (V.T.): Pienso que este libro no ha hecho nada nuevo. Se ha escrito largo y tendido sobre este tema y el libro de E.L. James es un producto más, lo que pasa es que ha habido muy buen marketing detrás. Es verdad que estamos viviendo un momento de crisis muy grande, no solamente a nivel económico, sino también a nivel de la pareja. Yo no estoy de acuerdo con que sea un libro romántico y subido de tono para mujeres, pero así se ha vendido. Creo que no es para mujeres, creo que es para ambos sexos. De hecho, es cierto que los hombres leen la trilogía cuando ven que su mujer está fascinada por el personaje de Christian Grey

E.L. James no ha hecho nada nuevo. La literatura erótica siempre ha estado subida de tono. ¿Qué ha pasado con esta trilogía? Yo creo que han funcionado las leyes del marketing: es un buen momento, es un buen producto y ha aparecido cuando hacía falta. Y el ebook aparentemente en este caso ha funcionado muy bien. También es verdad que la contaminación virtual es algo que ya no controlamos nosotros.

Trabalibros entrevista a Valérie Tasso(4)- B.M.: Pero en esta ocasión yo creo que ha funcionado mucho más el boca a boca. Vienen a comprarlos gente a la que se los ha recomendado su amiga, su madre, su vecina…

- V.T.: Sí, lo que te he comentado no impide esto. Ha habido toda esta contaminación virtual, la gente se ha puesto a leerlo y además ha funcionado el boca a boca. Ahora, ¿qué toca de más que los otros libros no tocan? Nada, absolutamente nada. Si coges el libro de Leopold von Sacher-MasochLa venus de las pieles” verás que hay un contrato sadomasoquista entre él y su mujer Wanda, del mismo modo que Grey le pasa un contrato a Steele. Es decir, no ha aportado nada, pero ha llegado en el momento justo. 

También es verdad que para mí la literatura erótica es una redundancia, porque el erotismo siempre es literatura. No entiendo muy bien el concepto de literatura erótica explícita, porque el erotismo es “la promesa de”, lo que es explícita es la pornografía. El erotismo no es explícito, el erotismo es como una película de terror: cuando tú estás mirando a una puerta sabes que va a pasar algo y ya te estás montando la película, aunque todavía no has visto lo que hay detrás de la puerta. En el erotismo pasa lo mismo, es la promesa de que algo va a pasar. Ahora, explícito, lo que te enseñan directamente, es pornografía. Eso no significa que sea malo, yo nunca hago una diferenciación entre erotismo y pornografía desde un punto de vista moral. Es decir que hay buena pornografía, hay muy mal erotismo y viceversa. Creo que este libro ha llegado en buen momento porque la literatura erótica estaba “de capa caída”, se ha desfragmentizado, ahora no hay autor que se precie que no incorpore dentro de su propio libro algún fragmento erótico y ya no existe la literatura erótica “per se”. Son mecanismos difíciles, que se nos escapan realmente al entendimiento, incluso los libreros o los editores nunca hubieran apostado por estos libros.

Otra cosa interesante es que la pareja está en crisis. La pareja está realmente en crisis (ahora no hablo como autora, hablo como sexóloga). El modelo actual de pareja está mal y es una consecuencia de nuestro modelo económico. Las parejas que yo puedo ver y que acuden a terapia tienen un problema de deseo hipoactivo debido a este estrés por llegar a final de mes… Es decir, que el sexo se resiente muchísimo, cada vez más, y E.L. James, a través de la fantasía –porque al fin y al cabo esa trilogía es una fantasía- hace volar la mente de la gente, sobre todo de las mujeres que somos, en cuanto a fantasías, muchísimo más sofisticadas, elaboramos más nuestro discurso; y este tema del sexo un tanto sadomasoquista forma parte de nuestras fantasías, mucho más que en el caso de los hombres.

Contrariamente a lo que piensa la gente, las mujeres tenemos fantasías eróticas muy retorcidas (desde la violación, el secuestro…) Obviamente hay fantasías para cada momento. Yo siempre pido después de la charla sobre el Club de las Cincuenta Sombras (no es obligatorio) que las mujeres me escriban su edad y alguna fantasía, de manera anónima. Y cuando las leo me sorprendo, porque hay un denominador común que es la violencia. Entonces, Grey es un tipo encantador pero por otra parte tiene muchas sombras y E.L. James ha dado en el blanco en cuanto a fantasía erótica femenina.

- B.M.: Sobre eso iba a preguntarte ahora. Poca gente confiesa mantener relaciones sadomasoquistas. Sin embargo es muy frecuente fantasear con ellas. ¿Las lectoras utilizan este tipo de literatura para poder vivir, de forma vicaria, estas fantasías a través de la protagonista?Trabalibros entrevista a Valérie Tasso(9)

- V.T.: Sí, es verdad. Ten en cuenta que esta erótica –yo la llamo erótica porque no me gusta hacer un juicio en contra- todavía sigue siendo una parafilia para los psiquiatras. Aparece en el DSM-4 (creo que ya ha salido el DSM-5 en EE.UU., aunque todavía no ha llegado aquí). La gran mayoría de los psiquiatras consideran el sadismo y el masoquismo como una parafilia. Lo que pasa es que no han entendido la diferencia entre el sadomasoquismo y tener una psicología sádica (querer hacer daño a alguien sin su consentimiento). Aquí estamos hablando de BDSM que es muy diferente, que es un juego, una teatralización de las fantasías, de hecho. Por eso funciona tan bien en el imaginario colectivo. No se confiesa; de todas formas, aunque fuera “sexo vainilla” (como dicen los practicantes del BDSM) es decir  convencional, tampoco. Una fantasía raramente se confiesa, justamente por su status de fantasía. La fantasía es una válvula de escape frente a las normas morales. La fantasía no entiende del juicio moral y del ojo del otro. Por eso somos tan retorcidos a veces.

- B.M.: Es un mundo totalmente libre que escapa a lo que tú llamas “discurso normativo del sexo”.

- V.T.: Exactamente. Este es un término que yo acuño en mi “Antimanual del sexo”. Lafantasía es una válvula de escape frente a las normas y frente a este gran, famoso y erróneo “discurso normativo del sexo”. Ahora, si tú empiezas a explicar tus fantasías de alguna forma pierden su status, porque tu fantasía es tuya y además no necesita del juicio del otro, ni se quiere. De hecho, las fantasías que me escriben se escriben porque son anónimas y entonces siguen perteneciendo a uno. Es muy interesante este tema porque al saber que es anónimo y que no va a pasar absolutamente nada mi ojo, mi juicio, no importa. 

- B.M.: A partir de “Justine” del Marqués de Sade se acuña el concepto de sadismo y con “La venus de las pieles” de Sacher-Masoch el de masoquismo. Por curiosidad, ¿conoces el trabajo de Deleuze sobre este último libro?

- V.T.: Deleuze es un gran maestro. Tengo el libro en casa, tengo una gran biblioteca en casa de unos 10.000 libros gracias a mi pareja, que es filósofo. Uno de ellos es el trabajo de Gilles Deleuze. Es el gran filósofo del deseo, que definía el deseo como un rizoma. No sé si has visto el abecedario de Deleuze, él grabó y pidió a una alumna suya que saliera a la luz su abecedario una vez muerto. Cuando se suicidó ella sacó los CDs. Yo los tengo en francés y cuando lo escuchas hablar es fantástico. Soy fan de Deleuze, es muy complejo a la hora de leerlo, pero muy interesante.

Trabalibros entrevista a Valérie Tasso(6)- B.M.: Dices que el deseo masculino ha sido siempre “naturalmente explicable” y el femenino se ha considerado “culturalmente depravado”.  ¿Piensas que sigue siendo así o hay algún atisbo de cambio al respecto? 

- V.T.: Hay ciertos cambios, lo que pasa es que desgraciadamente no son cambios que  vayan a llevar a entendernos entre hombres y mujeres. Creo que estamos equivocadas las mujeres, porque creo que hemos pasado de ser víctimas a verdugos. Nuestro verdugo era el hombre y nosotras éramos las víctimas. Las cosas van cambiando, pero hemos pasado de ser mujeres deseables a mujeres deseantes y, en lugar de entender que somos un continuo de sexos hombres y mujeres, en lugar de hacer hincapié en nuestros puntos en común, estamos otra vez creando diferencias. Hombres y mujeres somos diferentes pero complementarios y lo que se ha hecho hasta ahora –y lo que hace sobre todo el feminismo radical- es contraproducente porque está tratando al hombre como si fuera poco más que un animal. Los sexólogos de la nueva generación y las “feministas francesas”, que son más suaves en este sentido, trabajan de otra manera. 

Somos un continuo de sexos. Ahora las cosas cambian y nos encontramos con un hombre absolutamente desorientado porque queremos a toda costa decir: yo tengo las riendas de mi sexualidad, yo voy a elegir. Y el hombre está un poco perdido porque ha estado acostumbrado a otro tipo de relación y por eso cada vez hay más jovencitos de 20 años que sufren, por ejemplo, de eyaculación precoz. Esto antes no se veía, la eyaculación precoz o la disfunción eréctil era un problema de andropausia, bascular o de diabetes, pero sufrirlo a los 20 años era impensable. Ahora las mujeres somos muy de armas tomar, tenemos una actitud bastante más agresiva y si cambiamos los papeles no cambia nada, volvemos al mismo modelo pero con los papeles cambiados. Creo que es muy complicado, es muy difícil intentar entendernos como parte el uno del otro.

- B.M.: En tu “Antimanual del sexo” afirmas que “la interacción sexual es una fraternidad de egoístas”. ¿Quieres decir con ello que la esencia del sexo es que cada uno busque su propio placer?

- V.T.: Cuando tienes una relación sexual –ahora hablo también como sexóloga- si quieres disfrutar tienes que pensar en ti. El famoso 69 es un coñazo (perdóname la palabra), porque mientras tú estás haciendo esto y tu pareja te está haciendo lo otro estáis más pendientes de lo que estáis haciendo que de vuestras sensaciones. En terapia siempre recomendamos que primero se trabaje un miembro de la pareja y luego se trabaje el otro. El famoso 69, los orgasmos simultáneos y todo esto en el fondo es mucha carpintería para nada. Yo creo profundamente que el sexo es algo egoísta. En el orgasmo una se siente absolutamente sola y no se puede compartir. Claro que se pueden compartir las sensaciones después, pero no mientras tengas el orgasmo –como lo llamaba Bataille “la petite mort” (la pequeña muerte). Estos tópicos de tener un orgasmo a la vez son muy difíciles de cambiar, es difícil hacerle entender a la gente que no hay simultaneidad en el orgasmo y que si la hay es pura casualidad. Y por otra parte, ¿qué más da? ¿Es mucho más orgasmo el orgasmo simultáneo? No. Es verdad que siempre está el factor psicológico de pensar “ya somos uno”, pero al obsesionarnos por el orgasmo simultáneo lo que estamos creando es un problema más. A veces pensamos que tenemos problemas donde solamente hay circunstancias, ese es mi gran lema en sexología. No hay problemas, hay dificultades y a veces ni eso, hay circunstancias.

- B.M.: Te hemos oído decir que las religiones “admiran” el sexo. ¿En qué sentido lo dices?Trabalibros entrevista a Valérie Tasso(7)

- V.T.: Admirar significa “mirar hacia”. Esa es su etimología. Yo trabajo mucho con las etimologías, creo que es muy interesante ver cómo hemos prostituido poco a poco el lenguaje. Hay palabras como “virtud” que viene de “vir”, del mismo modo que “virilidad”, curiosamente. La semántica es fundamental. Por ejemplo, cuando hablamos de abuso sexual me parece horrorosa la expresión, tendríamos que hablar de un delito usando el sexo, porque decir abuso sexual y poner sexual como adjetivo de abuso hace del sexo el problema en el fondo. Si te apuñalan en un parking no dices que ha habido un delito “aparcamentístico”, sólo se califica el sexual porque se quiere apartar y considerar el sexo como un problema y no un valor. Cuando digo que las religiones admiran el sexo me refiero a que siempre miran hacia el sexo, tienen el sexo permanentemente en la cabeza. De hecho, para mí las personas que tienen mucha fe y que se reprimen, en el fondo lo único que hacen es desear no desear.

La religión intenta controlar el sexo. Como lo hacen los otros poderes, por medio del “discurso normativo del sexo”. Lo hacen mucho a través del lenguaje. Antes hablábamos de depravación, luego hablábamos de una sexualidad “de sala”, es decir, que optábamos por la parte clínica. Es decir, hemos ido cambiando los términos pero en el fondo sigue siendo lo mismo. ¿Qué es una sexualidad sana? ¿La que dicta el médico? Si, por ejemplo, de vez en cuando te tocas pensando en tu hermanita, eso no es sano. Sin embargo, yo puedo pensar que estoy tocando a mi hermanita (el gran tabú del incesto) pero esto es una fantasía, jamás en la vida sería un deseo. No estás haciendo daño a nadie. Incluso en el caso de que hubiera un incesto el sexo no es el culpable, es la psicología enfermiza de la persona que usa el sexo para un fin absolutamente horroroso en este caso. De la misma manera que yo cojo un cuchillo y me corto un bistec; ahora, si yo te clavo el cuchillo en la garganta puedes pensar que el cuchillo es muy peligroso, cuando depende de la psicología del que tenga el cuchillo en la mano. Con el sexo sucede lo mismo, no entiendo que la gente no se dé cuenta de que el sexo no es en ningún momento un problema, como no lo es un cuchillo, el problema está en la persona que lo usa pero en ningún momento el cuchillo va a ser responsable de nada, ni el sexo va a ser responsable de nada.

- B.M.: La santificación de lo sexual como “sexualidad” es una de las características más importantes de nuestra cultura. ¿Piensas que se le da a la sexualidad una importancia desproporcionada, hasta el punto de convertirse en una quasi- religión?

- V.T.: Antes para ocultar el sexo, como decía Foucault, no se hablaba. Ahora para ocultarel sexo se habla permanentemente. También es una forma de ocultarlo, por saturación. Para mí es tan tiránica una sociedad que reprime el sexo como una sociedad que haga apología desmesurada del sexo. No hay programa de televisión que se precie que no necesite su pequeño show al final. Pero no hablan de sexo, hablan solamente del espectáculo o de la prevención. ¿Qué tiene que ver un streap-tease con el sexo? No tiene nada que ver; de todas formas nunca hacen apología del sexo realmente, hacen apología de algo que hemos dado por hecho que era sexo. Porque el sexo no es lo que ofrece la televisión, el sexo no tiene nada que ver con esto. Echo de menos los sex-shop de antes porque ir allí tenía su parte de morbo, era como estar haciendo una cosa transgresora y ahora es como ir al supermercado. Creo que estamos hipersaturados y eso acaba con el morbo y mata incluso el deseo. La transgresión tiene su parte buena, pero en esta sociedad que hace del sexo un producto más la transgresión tiene poco sentido. Ahora ya no sabemos qué inventar para ser transgresores.

- B.M.: Ha habido grandes transgresores, como Bataille, un escritor genial. Bibliotecario, de oficio “normativo” pero sus libros son deslumbrantes.

- V.T.: Sus libros son maravillosos, es el ensayista del deseo por excelencia. Yo siempre lo recomiendo a  gente que quiere realmente reflexionar sobre el erotismo.

- B.M.: El poeta Ezra Pound, otro gran transgresor, tiene también reflexiones interesantes sobre el sexo.

- V.T.: Esa actitud trasgresora es realmente lo más importante, como el Marqués de Sade, que puso en tela de juicio la moral imperante y esto hace falta. Que escribiera mejor o peor poco me importa, lo que me importa es lo que hizo en aquella época.

- B.M.: Acabo de leer un pequeño ensayo de Klossowsky que le encantaba a Deleuze y se llamaba “La moneda viva”, en el que me muestra a un Sade pensador profundo. Yo no tenía esa idea de Sade y después de leer ese ensayo he decidido releerlo desde ese punto de vista. Le atribuía a Sade la capacidad de transgredir, pero no la de pensador profundo y visto a través de la óptica de Klossowsky me ha sorprendido.

- V.T.: Yo nunca he tenido mala imagen de Sade en este sentido, siempre he pensado que estaba haciendo algo muy profundo en el fondo. En Francia seguimos estudiando a Sade por ejemplo en el Bachillerato, cosa que puede sorprender aquí. Yo siempre he pensado que Sade había hecho una cosa magnífica que era esta: poner en tela de juicio la moral imperante de la época.

Trabalibros entrevista a Valérie Tasso
 
- B.M.: Retomando a Foucault, él definía las disciplinas universitarias como “policía discursiva”. ¿Crees que podría decirse que la disciplina académica de la sexología es un tipo de “policía discursiva”?

- V.T.: No, porque disciplina académica sobre sexología hay muy poca. En España tienes que tener una licenciatura, muchas veces en psicología. Yo estudié sexología en la Universidad de Alcalá de Henares en Madrid porque un amigo mío psiquiatra me había dicho que el postgrado en sexología en el INCISEX era muy bueno y que admitían a gente de varias disciplinas, justamente para mostrar que el sexo no depende de la clínica, sino que por ejemplo un abogado también puede estudiar sexología. Son tres años de estudio. Pero no existe una carrera completa como tal, después del COU. En Bélgica, en Canadá y en otros países sí existe, pero aquí siempre ha dependido más de la medicina y la psicología. 

Creo que si se hiciera una carrera entera sobre sexología se correría el mismo riesgo de siempre: cuando estudias filosofía no estudias filosofía, estudias las obras que tu profesor de filosofía te dice que tienes que estudiar y muchas veces sales con el diploma en el bolsillo y no has aprendido a pensar por ti mismo. Sabes lo que dice Kant, sabes lo que dice Schopenhauer y un montón de gente más, pero no sabes pensar por ti mismo. El tema de la enseñanza y las carreras universitarias tal y como está planteado no me gusta, creo que se aprende mucho más teniendo una buena biblioteca y preguntando que estando en el colegio. Al fin y al cabo, lo que están haciendo es crear otra medida de control a través de todas las disciplinas y homogeneizar. Pasa lo mismo con el erotismo, nos venden revistas para hombres o para mujeres y siempre aparece físicamente el mismo modelo. Esto es porque no han entendido que el erotismo no es algo que te viene del exterior, es algo que tú llevas dentro y por tanto es tan variado como personas existen. Homogeneízan el erotismo, homogeneízan el conocimiento y pobre de la persona que se salga de este modelo.

Por lo tanto, si un día la sexología se convierte en una disciplina que se pueda estudiar como Dios manda, obviamente existirá una persona encargada de determinar el programa de sexología y es posible que lo convierta en una enseñanza tendenciosa y ortodoxa. Yo he tenido la suerte de poder estudiar con un hombre maravilloso, que además nunca cerraba puertas al pensamiento. La nota no era lo importante, se trataba de hablar, de entender de qué hablamos cuando hablamos de sexo. Nos hemos preguntado eso durante tres años y la gente que ha salido de allí todavía no se ha respondido. Y eso está muy bien, lo que pasa es que nos da pavor. Queremos respuestas ya, queremos encontrar algo en los libros y eso no es así. Como dice mi novio, mientras las preguntas liberan las respuestas esclavizan. Así que me temo que seguramente seguiría el mismo camino que otras disciplinas, aunque espero que no.

Desde Trabalibros agradecemos a Valérie Tasso el tiempo que nos ha dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Fue un auténtico placer conocerla y resultó muy interesante conversar con ella sobre estos autores fascinantes por los que compartimos admiración. Agradecemos también a la Dirección del Bibliocafé de Valencia el habernos cedido su "pecera" para realizar esta entrevista.
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