Trabalibros entrevista en exclusiva a Itxu Díaz, autor de "Yo maté a un gurú de Internet"

jueves, 14 de junio de 2012
"Yo he escrito este libro para convencer a todo el mundo de que vuelva a las cavernas".

Itxu Díaz, el autor de "Yo maté a un gurú de Internet (cuando trataba de explicarme cómo programar la lavadora)" publicado por la editorial Ciudadela, responde con el sentido del humor que le caracteriza a todas nuestras interesantísimas preguntas. ¡No os lo perdáis!

Itxu Díaz es el ingenioso autor del libro de humor Yo maté a un gurú de Internet (cuando trataba de explicarme cómo programar la lavadora)”. A pesar de lo que pueda parecer, el libro no trata de gurús ni de internet, y a primera vista tampoco parece que Itxu sea capaz de asesinar a nadie. Entonces, ¿de qué va este libro? Pues, según su autor, “Se trata de un libro que le hará suspirar por aquella inolvidable era en la que los electrodomésticos eran idiotas y los inteligentes éramos los seres humanos”.

Esta reflexión de Itxu ha llamado poderosamente la atención del Equipo Rizoma, el equipo de redacción de Trabalibros. Tras varias noches sin poder dormir por la inquietud que nos causaba esta idea, nos hemos decidido a hacerle unas cuantas preguntas:

T (Trabalibros): Buenos días, Itxu. Hace tiempo que la electrónica y la informática entraron de lleno en nuestras vidas, ¿cree usted que todos éramos más felices antes de abrirles la puerta de nuestras casas?

I (Itxu Díaz): Pues claro. Creo sinceramente que éramos más felices lavando la ropa en el río, escribiendo la lista de la compra en piedra con afilados huesos de pelícano, o comunicándonos con vasitos de yogur unidos por un hilo. Y les daré un dato revelador: entre los primeros hombres que poblaron la Tierra, la tasa de suicidios por problemas con las nuevas tecnologías era muy próximo a cero. Mediten. Extraigan conclusiones. Coméntenlas con su compañero de pupitre.

T: ¿Por qué no darles ahora con la puerta en las narices?

I: Yo he escrito este libro para convencer a todo el mundo de que vuelva a las cavernas. Participo de una cierta misión de salvamento de los humanos. Paradójicamente, para llevar a cabo mi labor informativa contra la tecnología, la necesito. No soy nada sin mi iphone, Twitter, y mi ordenador portátil. Por eso algunos creen que en realidad soy un impostor. Y, en efecto, lo soy.

T: ¿Todos los electrodomésticos son igual de inteligentes o hay alguno que pueda calificarse como superdotado?

I: Los electrodomésticos inteligentes no existen. Si realmente lo fueran, el robot-aspiradora que he programado para limpiar toda la casa cada día a las 5:30 de la madrugada, me mandaría a la mierda, y se quedaría retozando en su base hasta el amanecer, en vez de salir como un rayo a cumplir mis órdenes mientras yo estoy en el séptimo sueño. Ese trasto es tan puntual y tan obediente que da grima.

T: Nosotros también hemos sufrido la horrible impotencia que se siente cuando nos vemos incapaces de manejar un aparatito electrónico que parece que se esté riendo de nuestra torpeza. ¿Cree que sufrir esta sensación tan desagradable de forma continuada puede provocar algún trauma? ¿Puede tener esto algo que ver con la falta de autoestima?

I: Mi libro está dedicado a los torpes del mundo. Uníos, amigos. Y muy especialmente a todos los que cuando recibimos en casa un nuevo aparato electrónico, tiramos el manual de instrucciones a la basura, y nos lo pasamos en grande pulsando todos los botoncitos a la vez. Creo que traumatizarse por no saber manejar un instrumento es tan estúpido como saltar de alegría porque la puerta del microondas se abre cuando pulsamos el botón de apertura.

T: ¿Y si aprovecháramos la tecnología para atacar al problema con sus propias armas? Podríamos programar un autómata para que se ocupara de la programación de todos los aparatos electrónicos de la casa…

I: Oigan, si quieren ustedes hacer saltar por los aires el planeta, no cuenten conmigo como cómplice, pero sepan que encontrarán gran competencia en el CERN, y en especial en el equipo de científicos del Gran Colisionador de Hadrones, que llevan años trabajando en secreto para acelerar el Apocalipsis.

T: Hemos llegado a pensar que puede tratarse de una conspiración tramada por ingenieros de electrodomésticos de inteligencia ultradesarrollada (algo así como los villanos de las películas), que pretenden ponernos cada día la vida un poco más difícil. ¿Por qué cree que lo hacen?

I: Algunos ingenieros y diseñadores de aparatos domésticos están convencidos de que si usted no lo entiende, creerá que es más sofisticado, y lo valorará más. Y tienen razón. Es así.  

T: Los técnicos, para los que los electrodomésticos no tienen secretos, deben estar hechos de una pasta especial. ¿Cree usted que su vida es un camino de rosas, comparada con la de los simples mortales?

I: Si los aparatos no tuvieran secretos para sus creadores, los fabricantes dedicarían más recursos a repararlos. Si se fija, cada vez es más fácil que el fabricante acceda a cambiarle un aparato averiado que está en garantía, y cada vez es más difícil lograr que simplemente se lo repare. Moraleja: no los entienden ni ellos.

T: El libro “Yo maté a un gurú de Internet” está lleno de grandes verdades y buenos consejos para superar la vida moderna. ¿Es consciente de que con su libro puede ayudar a millones de personas a sobrevivir a la jungla diaria de cables y botones y, por lo tanto, a ser más felices?

I: Todo lo que está sucediendo con este libro es nuevo para mí. Las cifras de ventas están bien, pero lo que realmente me está impactando son los cientos de comentarios de lectores que me escriben mails o a través de Twitter (@itxudiaz), contándome su experiencia con Yo maté a un gurú… Me alegra que muchos consideren que es el libro más divertido del año o lo más divertido que han leído en mucho tiempo. Me alegra tener la suerte de poder hacer reír a la gente en tiempos de crisis y sufrimiento. Y me alegra más aún ver que los más entusiastas con mi libro son dos colectivos teóricamente opuestos: las madres y los diseñadores de aparatos de nuevas tecnologías. Supongo que no es casualidad que quienes sufren los caprichos de los electrodomésticos inteligentes en sus propias carnes y quienes los diseñan compartan las mismas carcajadas.

T: Itxu, muchas gracias por responder a nuestras preguntas. Desde Trabalibros le auguramos un futuro prometedor, bien como escritor de libros de éxito o bien como consejero espiritual para casos difíciles de “tecnologitis”. Para los afectados por este mal de nuestros días que no han tenido tanta suerte como nosotros de poderle plantear a Itxu las cuestiones que nos desasosegaban, por nuestra parte recomendamos encarecidamente la lectura de “Yo maté a un gurú de Internet”, a ser posible en formato libro de papel.

I: Muchísimas gracias a vosotros por esta divertida entrevista y un saludo a todos vuestros seguidores. Sólo me queda recomendarles de corazón que se acerquen a la librería más próxima y pidan uno, quince o veinte ejemplares de Yo maté a un gurú de Internet. He hecho correr la especie de que necesito vender quince millones de libros para poder retirarme, y largarme a Dubai a una lujosa isla, a beber daiquiris, y a escribir mi próximo libro con la calma de la tumbona, tecleando perezosamente con el dedo índice de una mano. Así, si de milagro ustedes no se ríen con el Gurú, al menos les quedaría la seguridad de haber contribuido a una gran labor social. Conmigo. Pero una gran labor social a fin de cuentas.

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