Los seguidores de la exitosa saga "Canción de hielo y fuego" ya han oído hablar de ellos. Los dragones de hielo son unas criaturas legendarias temibles y aterradoras a las que se hace referencia en algunos puntos de las novelas escritas por George R.R. Martin. Pero pocos saben que la figura de este animal fantástico surgió de la inventiva de este escritor treinta años atrás y que quedó retratado en un relato largo (o novela corta) que alcanzó las cotas más altas de ventas en los Estados Unidos.
"El dragón de hielo" cuenta la historia de Adara, una niña muy especial. Nació durante la peor helada de la historia y su existencia va ligada al frío: es una niña del invierno, solitaria y silenciosa. La pequeña espera con ansia la llegada de su cumpleaños, que como cada año coincidirá con la noche más fría del invierno y con la llegada de su mejor compañero de juegos, el dragón de hielo, un ser tan querido para Adara como temido para el resto de habitantes de la aldea. A los cinco años Adara, sin pretenderlo, había logrado domesticarlo. Dos años más tarde, durante el verano, la aldea donde vive la niña se ve amenazada por el ataque de unos dragones de fuego. Será entonces cuando Adara y su dragón de hielo tendrán que intervenir para tratar de impedir la destrucción del pueblo.
Si bien "El dragón de hielo" va dirigido en principio al lector infantil, lo cierto es que los admiradores de la obra de George R.R. Martin disfrutarán del relato y reconocerán en él la marca del autor. Personajes solitarios, únicos, llenos de matices, distintos y más humanos a los que acostumbran a presentar las novelas de género fantástico; lecciones de vida, coraje y sacrificio; disyuntivas entre el deber y el deseo; historias conmovedoras de amistad que traspasan todas las barreras... el germen de "Canción de hielo y fuego" se adivina entre sus líneas. Por otra parte, es necesario mencionar los hermosos dibujos que el ilustrador Luis Royo ha preparado para acompañar el texto, una magnífica forma de darle vida a la este fantástico cuento.