Trabalibros entrevista a Lena Valenti, autora de "Panteras"

Lena Valenti es una de las escritoras españolas de género romántico que cuenta con mayor número de lectores. Su Saga Vanir (compuesta por el momento por los títulos "El libro de Jade", "El libro de la Sacerdotisa", "El libro de la Elegida", "El libro de Gabriel", "El libro de Miya", "El libro de la Alquimista", "El libro de Ardan" y "El libro de Noah") la ha convertido en una de las autoras más reconocidas y aclamadas de la novela romántica paranormal. Es autora también, entre otros libros, de la Saga Amos y mazmorras.

Bruno Montano de Trabalibros ha tenido la oportunidad de conversar con Lena Valenti sobre el último de sus libros, "Panteras" (editado por Plaza & Janés), una novela histórico-romántica "llena de erotismo, aventuras y emociones a flor de piel" sobre la historia de una mujer acusada por un delito que no ha cometido y la creación de un club clandestino que desafió los convencionalismos de la Inglaterra del siglo XIX.

- Bruno Montano, Trabalibros (B.M.): No deja de sorprenderme el dinamismo y la capacidad de reinventarse que tiene el género romántico desde que nació y su constante exploración y hermanamiento con otros géneros. En tu caso, por ejemplo, has explorado tres subgéneros de la romántica: te iniciaste con la saga “Vanir” (romántica paranormal – fantástica), seguiste con “Amos y mazmorras” (thriller romántico con trama policial y toques eróticos) y ahora nos sorprendes con “Panteras” (romántica histórica). En los últimos años se ha producido una auténtica revolución en este género, la demanda de este tipo de novelas va en aumento, cada vez se les dedica más espacio en las librerías y, por otra parte, las autoras de novela romántica hacéis uso a menudo de conexiones e hibridajes con otros géneros.

- Lena Valenti (L.V.): Sí, y eso es muy positivo. Yo soy una autora a la que le encanta explicar todo tipo de historias. Mientras la trama me guste, crea que puede ser interesante, vea que pueda jugar con ella y la base sea romántica, puedo coquetear con cualquier género (histórico, paranormal, thriller con toques eróticos). Esto es muy positivo, así la gente ve que realmente una novela romántica no es sólo la historia de un chico que conoce a una chica, se enamoran, se pelean, se embarazan, se casan y ya está, no se trata sólo de esto, hay muchos matices y existen libros muy buenos que tienen que ser descubiertos, porque estoy convencida de que muchos lectores que nunca han leído un libro de este género, cuando lo lean dirán: "Ah, pues es más de lo que yo pensaba".

 
- B.M.: Experimentáis con otros géneros, aunque siempre conserváis la columna vertebral de la novela romántica que es el amor, uno de los grandes temas de la literatura.

- L.V.: Es que el amor es la base de la vida. En este género la base de todas las historias es una relación amorosa. A veces pueden haber incluso más de una relación de pareja en el libro, pero sí que es cierto que en cualquier novela romántica el amor es el pilar de la historia. Hay relaciones que pueden ser muy repetitivas, pero hay otras que pueden ser muy originales, que te llaman la atención por muchas otras razones, porque derivan en otras cosas. Y eso es lo bueno. Yo creo que el género romántico se ha reinventado a sí mismo en poco tiempo, con la llegada de los best-sellers. Antes incluso de "Cincuenta sombras de Grey", la novela que empezó con esta revolución fue "Crepúsculo", en realidad. Fue una saga romántica muy juvenil, paranormal, con una tensión sexual que no se resolvía en ningún momento. La saga "Crepúsculo" tuvo tanto éxito y fue leída por tantísimas personas que luego toda esta gente se quedó esperando algo más. Ya habían dado el paso que tenían que dar para lanzarse a leer novela romántica adulta; esta es una de las razones de que ahora se venda tanto y esté tan aceptada.

- B.M.: De hecho, estáis consiguiendo que lea mucha gente que no había leído nunca, estáis creando una gran masa lectora.

- L.V.: Sí, y lo curioso es que la novela romántica ha existido siempre y las lectoras de romántica, desde hace mucho tiempo, han devorado los libros. Es decir, la que es lectora de romántica de toda la vida con el tiempo a lo mejor se vuelve más exigente, pero es un tipo de lectora que habitualmente lee mucho, puede que unos diez o quince libros al mes. Son lectoras muy fieles y entregadas. No sé exactamente por qué es así. Supongo que a la gente le gusta ver todo tipo de películas que tengan una trama amorosa, se aficionan a series porque les gusta que haya una relación que tenga como base el amor... y en los libros encuentran que tienen una historia de principio a fin, completa, que la pueden leer siempre que quieran y que les toca el corazón.

- B.M.: Son lectoras muy fieles, leen mucho y están completamente al día de las novedades y los próximos lanzamientos.

- L.V.: Es verdad. Es impresionante, llevan un seguimiento de todas las novedades, si se hacen seguidoras de una autora ya no la pierden de vista, son muy fieles en ese sentido. También es porque la escritora de literatura romántica tiene un perfil diferente al de muchos otros escritores de otros géneros. Algunos son un tanto más callados, o más serios, y las escritoras de novela romántica solemos ser bastante empáticas, nos gusta mucho el contacto con nuestras lectoras, y eso el público lo agradece. Se ha hecho una simbiosis entre las escritoras de novela romántica y sus lectoras que, para el género, es genial.

- B.M.: A diferencia de tus restantes novelas, en este libro has tenido que hacer un importante esfuerzo de documentación histórica. Incluso haces interactuar a personajes ficticios con personajes reales de la época (José Bonaparte, Jane Austen, James Watts) y has planteado un juego con el lector, que llega a preguntarse si los personajes y hechos de la novela son reales o ficticios, con detalles como la cita inicial de Amelia Addams y el Epílogo. ¿Has pretendido con este juego potenciar el efecto de veracidad del texto? 

- L.V.: Justamente eso es lo que quiero, que cuando alguien acabe el libro piense: ¿Pero las Panteras existieron de verdad? Me gusta estimular a los lectores para que se hagan esta pregunta y traten de buscar a los personajes, y que después de la lectura todavía tengas la duda sobre si la historia del libro sucedió realmente o no. También me gusta que los personajes históricos se relacionen con los personajes ficticios, porque le da más credibilidad a la historia. Muchas cosas de las que habla el libro sucedieron en realidad, todo lo que le sucede a Lord Percival con Jane Austen, con el Rey Jorge, pasó realmente. Pero en mi libro hay algo que mueve la historia de otra manera, que es la aparición de las Panteras. Yo, que soy superfan de la novela clásica y que me encanta Alejandro Dumas y Jane Austen, pensé que era un homenaje perfecto incluir como una pieza importante en el desarrollo de la historia a Jane.

- B.M.: Esta afición por la novela clásica se percibe en el libro. Tu novela me recuerda, por una parte, a “El conde de Montecristo” de Alejandro Dumas (hay una afrenta o injusticia, una venganza elaborada e incluso un tesoro) y por otra parte a “Orgullo y prejuicio” de Jane Austen, una de las primeras novelas románticas, por su ambientación sociológica. La frase que da comienzo a "Orgullo y prejuicio" (“Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa”) ya estaba señalando desde el principio cuál era el papel de la mujer en este momento histórico y en tu novela se refleja ese ambiente sociológico. Al leer "Panteras" pensé que tratabas de hacer un homenaje a Austen por una parte y a Dumas por otra.

- L.V.: Sí, y lo siento así. En el momento en que la escribía no pensaba que me habían influenciado tanto los autores que había leído, pero una vez acabé la novela me di cuenta de que había sido así. "El conde de Montecristo" es uno de mis libros favoritos, "Orgullo y prejuicio" y "Sentido y sensibilidad" también. 

- B.M.: "Los tres mosqueteros" también es una novela magnífica.

- L.V.: "Los tres mosqueteros" es como una religión para mí. Esta novela tiene la esencia de un libro de aventuras, de intriga, de amor también... lo tiene todo. Es un libro que encajaría dentro de cualquiera de estos géneros, porque lo tiene todo.

- B.M.: Y, en realidad pertenecía al género folletinesco, un género que en su día estaba poco valorado, al tratarse de novelas por entregas. Se decía de Alejandro Dumas que era algo así como una factoría de libros, que fabricaba novelas de forma masiva. Incluso "Madame Bovary" se consideraba una novela folletinesca, planteada como literatura para masas, y ahora es un mito de la literatura. "Orgullo y prejuicio" era una novela romántica de su época. Con el tiempo estas obras han adquirido solera y se han convertido en libros clásicos que se encuentran dentro de todos los cánones de la literatura.

- L.V.: Es verdad, es algo curioso. Muchos clásicos de antes salieron por fascículos, porque a lo mejor no se podía editar la novela completa o se prefería hacer de este modo para llegar a más público, y después, al juntar esos fascículos, se obtiene una novela entera.

- B.M.: Si Dumas fuera contemporáneo, probablemente se catalogarían sus libros como best-sellers del género de aventuras y no aparecerían en ninguno de los cánones hasta dentro de cien años.

- L.V.: Exacto.

- B.M.: Tengo curiosidad sobre el motivo que te ha llevado a elegir precisamente el siglo XIX y, en concreto, la época Georgiana, para ambientar tu libro. ¿De alguna manera querías convertir a las “Panteras” en un precedente de las sufragistas que, a partir de 1897 sobre todo, lucharon en el Reino Unido por los derechos de las mujeres? (voto, mismo salario, tutoría de hijos, acceso a la carrera judicial…)

- L.V.: Claro. Las Panteras tenían que ser un poco las pioneras, las que iniciaran ese movimiento. Iniciadoras en la sombra, porque nadie las conocía. Cuando me planteé la novela y empecé a documentarme pensé que tenía que haber un momento clave en la Historia en el que estas mujeres puedan aparecer. Yo había leído "Vindicación de los derechos de la mujer" de Mary Wollstonecraft y sabía que ella había muerto diez años antes de la época en la que yo quería introducir la historia y eso me dio hilo para unirlo con la época en la que vivía Jane Austen. Como yo quería relacionarlo todo y ensalzar las obras de Jane, de Mary y hacer una especie de compendio entre todas, decidí que esa era la época ideal para empezar a contar la historia. Era justo el momento en el que el movimiento se iniciaba entre bambalinas, entre susurros.

- B.M.: Y, seguramente, leíste "Vindicación de los derechos de la mujer" en un ejemplar publicado por Hakan Ediciones.

- L.V.: Sí (risas).

- B.M.: Otra cosa que me ha gustado de "Panteras" es que tus cuatro heroínas, como tú las defines en la novela, son “mujeres dañadas”, “supervivientes de la violencia, la injusticia y la fatalidad”, que persiguen la venganza y la justicia, pero su forma de vengarse será cambiar la sociedad que educó a los hombres que las maltrataron, en vez de destruirlos físicamente a ellos. En lugar de practicar la típica venganza masculina agresiva y violenta, plantean una venganza mucho más inteligente en la que pretenden involucrar a todas las mujeres de la sociedad, y lo hacen por medio de The Ladies Times, las Ladies Night y Hakan Ediciones. Quieren sustituir el patriarcado, pero haciéndolo de una forma incruenta. En un momento dado, dicen: "No deseamos tener poder sobre los hombres, sólo queremos tener poder sobre nosotras mismas".

- L.V.: Sí, de hecho la venganza de las Panteras es una venganza elegante. De ahí el nombre de felinas. Son mujeres muy listas, elegantes e inteligentes, que se han formado mucho para poder defender las ideas que ellas creen. No se plantean defender sus ideales con los puños, una mujer en este terreno no podría ganar a los hombres, pretenden hacerlo dialécticamente, mostrando la fuerza que su formación les ha otorgado. Los hombres suelen recurrir a la guerra y retarse para ver quién es el más fuerte, ellas no. Ellas pretenden influir sobre todo en los pensamientos, en la manera de pensar de la sociedad de su época, y utilizan los medios para ello, como un periódico o la creación de una editorial.

- B.M.: En los bordes de la cultura patriarcal siempre hay hombres especialmente sensibles a las injusticias sufridas históricamente por las mujeres y que, haciendo gala de una gran capacidad empática, estuvieron a su lado y las apoyaron. En el epílogo de Panteras escribes que “otro tipo de sociedad compuesta por mujeres libres y hombres flexibles podía ser posible” y en tu novela estos hombres flexibles tienen un papel muy importante. ¿Su comprensión y su apoyo fue imprescindible para trazar una red de alianzas en vez de la guerra?

- L.V.: Sí, se necesitaron de hombres sensibles y muy empáticos para que pudieran captar otro tipo de cosas distintas a las que captaban los hombres de entonces. Necesitaban tener la mente muy abierta para darse cuenta de que socialmente hombres y mujeres eran iguales, pero culturalmente les habían hecho creer lo contrario y por eso necesitan de ese tipo de personas. Las Panteras solas no podían hacer nada, necesitaban obviamente del apoyo de hombres que tuvieran palabra en el Parlamento, que pudieran acceder a la gente que tenía más poder en ese momento para cambiar las cosas, y eso es lo que ellas hacen. Yo pienso que Panteras no es un libro feministas, porque es un libro que habla de las personas y de cómo se pueden unir para cambiar las cosas.

- B.M.: “Leer. Leer. Leer.” Así empieza tu novela, con una auténtica declaración de principios a favor de los libros, el estudio y la cultura. Tu protagonista es una gran lectora ávida de conocimientos. ¿Sólo la cultura es capaz de transformar los patrones de conducta de la gente y abrirles los ojos y, por lo tanto, hacer evolucionar las sociedades?

- L.V.: Exacto, es que el cambio de una sociedad depende de la cultura que tenga esa sociedad. De hecho, el arte, los libros, la pintura, la música es lo que principalmente nos diferencia de los salvajes y es lo que hace que crezcan las sociedades. Katherine devoraba libros, todo tipo de libros, porque tenía una mente muy curiosa. Pienso que ella es una contemporánea que nació en una época que no le tocaba. Su tiempo necesitaba también de personas como ella y de personas como las Panteras para empezar a cambiar las cosas. Yo siempre digo que la mente se tiene que regar, se tiene que enriquecer y para ello no hay nada mejor que los libros. Hay que leer muchísimo y no importa tanto qué es lo que lees, lo que importa es leer. Hay que leer y hacer trabajar el cerebro, porque si no nos vamos a quedar todos obsoletos.

Hay que fomentar la lectura, sea como sea. Hay que introducir el hábito desde bien pequeños. Quizás deberíamos cambiar un poco las lecturas obligatorias de las escuelas, porque igual no son las apropiadas para que alguien le coja afición a leer. Yo no era buena lectora de pequeña, hasta los diez u once años no leía apenas, pero luego fue al contrario. En el momento en que te aficionas, es imposible dejarlo. Antes de empezar a escribir, yo era capaz de leerme un libro al día. Era una esponja. Cuando lees tanto, notas el bien que te hace en muchas cosas: en la manera de expresarte, en los conocimientos que puedes adquirir... Leyendo ejercitas muchas cosas. Primero el lenguaje, después la imaginación, la creatividad, la inspiración... Un libro te puede inspirar, un libro te puede cambiar la vida por completo.

Desde Trabalibros agradecemos a Lena Valenti el tiempo que nos han dedicado y su amabilidad al contestar nuestras preguntas. Agradecemos también a la Dirección del Hotel Astoria de Valencia el haber cedido un espacio ideal para esta conversación y a la editorial Plaza & Janés por haber hecho posible el encuentro con esta autora.