¿Te acuerdas de cuando tu madre traía a casa una caja de galletas surtidas? No estaba permitido abrir el plástico protector hasta que llegaba una visita a casa. En cuanto se empezaba la caja se abría la veda y todos nos avalanzábamos a por las de chocolate. Curiosamente, al final siempre quedaban las mismas dos galletas que nadie se quería comer. Pero acabar con ellas era requisito imprescindible para abrir el plástico del piso de abajo.
¿Recuerdas cuando te compraron tu primera bicicleta? Sin duda era una BH o una G.A.C. Te sentías el niño más afortunado del mundo encima de sus dos ruedas y en verano ibas a todas partes con ella.
¿Y del primer ordenador que tuviste? Hacía un ruido infernal, el monitor era de color fósforo verde y cualquier información que quisieras sacar o meter en él tenías que hacerlo a través de un diskette. De Internet no había ni rastro y lo más parecido que tenías a una tablet era el Telesketch.
¿Eras heavy, punki, rocker o pijo? Porque, en aquel entonces, parecía que sólo podías pertenecer a una de estas cuatro tribus urbanas. ¿Cuál era tu grupo musical preferido? Seguro que escuchabas a Danza Invisible, Siniestro Total, Nacha Pop, Mecano y Duncan Dhu.
Si al leer los párrafos anteriores no has podido evitar la sonrisa, no cabe duda, tú también fuiste a
EGB. Y compartes más de lo que piensas conmigo, con
Javier Ikaz, con
Jorge Díaz y con millones de españoles que disfrutarían leyendo este libro y recordando cómo era su vida cotidiana en uno de los momentos clave de la existencia: la infancia.
"
Yo fui a EGB 2" tiene un antecesor que, como habréis adivinado los más avispados, se titula "
Yo fui a EGB". En el primer volumen fue imposible empaquetar todos los recuerdos de una generación y servirlos listos para ser saboreados. Hubieron muchas cosas que se quedaron en el tintero por falta de espacio y que ahora tienen la oportunidad de hacer su aparición ante los ojos del lector para tratar de invocar la región más dulce de su memoria. Los cientos de fotografías, las pegatinas, el juego de preguntas y respuestas y los divertidos textos inéditos, redactados exclusivamente para el libro, hacen de él un artefacto casi mágico que, nada más abrirlo, convoca a la nostalgia.
Los
egeberos han cumplido 2 años y lo celebran con su libro número 2. El blog con el que empezó la fiebre por la
EGB (
www.yofuiaegb.com) ha celebrado su segundo aniversario y presume de haber ganado muchos premios. Sus seguidores de Facebook son legión (¡más de 800.000!) y podemos asegurar que se trata de auténticos fans del fenómeno de la
EGB. Porque lo que
Javier Ikaz y
Jorge Díaz han creado alimentando día tras día su blog y su perfil en redes sociales es mucho más que un entretenimiento: tiene, como dije antes, proporciones de fenómeno. Han puesto de moda los olvidados años 80 y con ello han reivindicado la
nostalgia de sentirse niño. Y han acuñado un término que ha sido adoptado por los medios de comunicación para referirse a toda una generación: la
generación EGB. Una generación que gira la cabeza para mirar hacia atrás y añora una época que ahora le parece maravillosa, los años perdidos de la infancia que con libros como este trata, en la medida de lo posible, de rescatar.