El último caso

"El último caso" es la segunda novela de Francisco Marín. Al igual que la primera, "El caso Demichellis", es policíaca. Comparte personajes con ella, de entre los que cabría destacar a Raúl Ballesteros, abogado de renombre; Álex Zarco, detective peculiar que adquirió notoriedad a raíz de resolver el caso del primer volumen, y Paco Marín, amigo de Ballesteros. Si bien en esta novela las descripciones de los personajes son menos detalladas, el autor da los suficientes datos y antecedentes para conocerlos y poder leerla de manera independiente a la anterior. 

Isla de Ibiza, finales de septiembre de 2016. La vorágine turística del verano ha desaparecido y una sosegada cotidianeidad ha regresado a la isla. Sin embargo, un hecho del todo inesperado rompe esa calma: Irina, la mujer de Miguel, amigo íntimo de Paco Marín, es secuestrada. Este es el punto de partida de una investigación en la que participarán Ballesteros, Zarco y la Guardia Civil. Cada uno dentro de sus posibilidades y en su terreno, hará indagaciones que, antes o después, irán poniendo en común. Tras varios sospechosos descartados, callejones sin salida e hipótesis más o menos acertadas, conseguirán enfilar el camino correcto que les lleve hasta el culpable.

Se puede decir que es una novela policíaca de las de siempre, con estructura y desarrollo clásicos. Tenemos el delito; la búsqueda de la solución es el hilo conductor y la base de toda la novela. Entrevistas a sospechosos, procedimientos legales y no tanto… y giros argumentales nos mantienen en alerta durante la lectura. La trama, ágil a lo largo de toda la novela pero que se acelera según avanza la historia, nos llevará a un final en el que veremos cómo todo encaja en uno u otro lado para que el culpable aparezca como la única opción posible.

Entremezcladas con la trama principal encontramos varias subtramas que aportan profundidad a los personajes y evidencian ciertos problemas sociales. La prostitución, la trata de mujeres, la drogadicción, el maltrato infantil… asuntos que Marín trata sin filtros y que, por lo menos a la gran mayoría, nos horrorizan. Pero también deja bien a la vista algo de lo que todos somos culpables, y es de crear prejuicios y juzgar a los demás sin conocerlos. «El pasado siempre vuelve», dicen. Sí, sobre todo si quienes te rodean te valoran por él. 

Otra característica del "El último caso" que también comparte con "El caso Demichellis" es el desarrollo de la parte judicial, algo que no suele ser habitual, seguramente por la dificultad que entraña. No obstante, el autor lo expone de manera clara, entendible aun para no duchos en la materia. Lo cierto es que toda la novela está escrita con una prosa sencilla, sin adornos innecesarios pero con lenguaje formal. Asimismo, está compuesta por capítulos cortos, que agilizan el avance de la trama y la lectura.