Román, profesor jubilado, recuerda con nostalgia sus días de docente en la universidad, cuando su pasión por la enseñanza era el motor de su vida. Este profesor que fue querido, admirado y escuchado con entusiasmo por sus alumnos es ahora un ser anodino al que sólo le queda el recuerdo de un tiempo que añora.
Román todavía mantiene relación con dos de sus antiguos alumnos, una pareja de traumatólogos llamados Elena y Eugenio. En el reducido círculo social del profesor irrumpe Héctor, un joven periodista digital que se acerca él con la intención de entrevistarle para "Los inactuales", la sección en la que escribe. El interés que Héctor muestra por el saber que transmite Román hará posible la amistad entre dos seres complementarios: el viejo profesor hastiado de pasar de forma invisible por su existencia, el joven periodista marcado por una infancia difícil y cansado de un estilo de vida siempre provisional.
La relación entre los protagonistas de "El temblor del héroe" se ve trágicamente afectada por los fantasmas del pasado de Héctor, que reaparecen en la persona de Bernardo. La incapacidad para reaccionar y tomar la decisión correcta será la culpable de un desenlace fatal.
"El gran problema que se tiene es que no sentimos nada", reflexiona Román en un momento de lucidez. Ser insensible al sufrimiento ajeno nos lleva a la desidia vital, al desinterés. Los tiempos que corren favorecen el tipo de vida superficial, carente de valores y crean ciudadanos faltos de compromiso con los demás, pero también consigo mismos, invadidos por el desinterés y la pereza vital.
En "El temblor del héroe" nos encontramos con vidas aquejadas por un mal que Álvaro Pombo acuñó como la "falta de sustancia", uno de los temas que más preocupan a este pensador. Esta falta de sustancia interior se traduce en hombres de ética anestesiada, inactivos, amodorrados por el ruido de fondo de su vida vegetativa. Personas que no se involucran, que pasan de puntillas sin profundizar en nada, que no se comprometen pero, sobre todo, que no actuan por pura cobardía. Y saber cómo se debe actuar éticamente en cada momento es fundamental, porque la peor consecuencia de la cobardía es que puede dejar morir por inanición.
Curiosidades: - Con "El temblor del héroe" Álvaro Pombo obtuvo el Premio Nadal en 2012.
- Como va siendo habitual en los libros de este autor, en "El temblor del héroe" Álvaro Pombo acuña varios términos inventados por él mismo.
- Esta novela está salpicada de interesantes reflexiones filosóficas y citas de pensadores y literatos de la talla de Platón, Kierkegaard, Heidegger, Sloterdijk, Roland Barthes o Shakespeare.