Inés Ramírez, hija y esposa de maestros del ramo de los libreros (encuadernadores, libreros…) comienza esta historia estrenando viudedad. En su casa, que se encuentra en la parte superior de la pequeña librería, el taller de encuadernación, comparte vida con su madre y la mujer de confianza de esta, que se encarga de su cuidado y de hacerle compañía todo el día. Inés se nos presenta como una mujer de aspecto frágil, pero pronto descubrimos que no es una mujer al uso, en esta época. En lugar de respetar el año de luto estipulado (durante el cual no puede asomarse ni a la puerta de su casa, mucho menos atender clientes o ir a misa, por ejemplo), unas semanas antes de cumplirse ya quiere acudir a un oficio en la iglesia, y por supuesto está atendido sus labores en el taller y la librería de una manera discreta.
Uno de esos días que está cerrando la pequeña librería recibe una oscura visita de un hombre que le reclama un libro que su marido, fallecido, había acordado conseguir para ese personaje (y las personas que hay detrás de él). Inés, sin saber de qué habla este desconocido asume el compromiso que tuviera su marido, puesto que es conocedora de lo fácil que es perder la clientela en una profesión y un tiempo como aquellos. Las intrigas han comenzado. Inés descubrirá, no sin esfuerzos, a qué se refiere esa visita inesperada y con duras y peligrosas irá descubriendo una trama de ventas de libros y barajas de cartas ilegales en una época en la que la Santa Inquisición prohibía los textos que consideraban impropios a sus intereses, los hábitos que entendía como poco rectos para los buenos cristianos, las conductas que, al fin y al cabo, fueran contrarias a sus propósitos.
Además, Inés terminará descubriendo el amor en su aventura librera. No sin antes pasar penurias por ser considerada una mujerzuela fácil para los pretendientes que buscan hacerse con la herencia de su difunto esposo. Pero nada más lejos de la realidad, porque Inés está dispuesta a ponerse al frente de su negocio pese a quien pese. Sin embargo, los diferentes acontecimientos terminan por ofrecer un final muy diferente al que Inés pretendía. Sorprendente en cierta medida, puesto que poco a poco se van intuyendo por dónde irán las consecuencias a medida que descubrimos personajes y sus actuaciones en esta historia que nada tiene de fácil, clara o evidente.
Los momentos de tensión, de pasión y de incertidumbre se entremezclan de la mano de Olalla García, que nos adentra en un contexto de una brillante manera, haciendo que sea fácil verse envuelto en los peligros de una calle poco transitada ya con el sol puesto, o las argucias para contactar con cierto caballero sin que se levanten sospechas sobre conducta pecaminosa alguna. De igual manera nos presenta magníficamente a los personajes clave en la historia —muchas veces ocultando su trascendencia hasta que es imprescindible desvelar identidades—, engañándonos en ocasiones con las intenciones o verdadero papel en el desarrollo de la trama.
En definitiva, una trama embriagadora que nos llevará a una época con narraciones y descripciones muy bien construidas que nos ayudan a perdernos en una época y un gremio de gran interés para los amantes de los libros, sus creadores —físicos— y sus destructores —físicos también—. No hay pérdida de tiempo en su lectura, todo lo contrario.