Natasha Pulley se la juega con su primera novela (quién diría que es la primera) y nos deja con la boca abierta. Tal vez de entrada lo más fácil es esperar una novela de intrigas más o menos fáciles de descubrir ambientada en el Londres de 1883 (ya en los últimos años de la época victoriana). Se podría pensar también que la ambientación podría ser del estilo clásico de Dickens, las hermanas Brönte, Wilde… Pero no. La sorpresa es de las grandes. Tres personajes principales dan forma a la historia: el relojero Mori, el funcionario Thaniel y la científica Grace. El primero tiene una habilidad extraordinaria en el diseño y fabricación de relojes y elementos mecánicos que, casi, tienen vida propia (y algo más que no conviene desvelar); el segundo tiene una habilidad especial para desarrollar su trabajo de telegrafista en el Ministerio del Interior y luego de Exteriores (y sí, algo más que habrá que descubrir); la tercera está dotada de una capacidad superlativa para la investigación (y nos ayudará a descubrir qué sucede con Mori y Thaniel). Juntos y revueltos van dando forma a una historia de misterio, magia, aventuras, con tintes políticos (por la intervención del Clan na Gael, una organización republicana irlandesa asentada en Estados Unidos y vinculada con la Hermandad Republicana de Irlanda, IRB). Bueno, no menos importante es el pulpo llamado Katsu, creado por Mori, que tiene como afición robar calcetines y que termina convirtiéndose en un personaje de gran peso en la novela.
Mentiría si dijera que me enganchó desde la primera página, pero no soy de dejar un libro aparcado con las primeras dudas, afortunadamente, y la narración me fue enganchando poco a poco hasta el punto de no tener más remedio que terminar el libro para saber qué pasa con los personajes, quién es cada uno en realidad y que papel desarrollan en la trama principal.
Thaniel descubre un día, al regresar a su apartamento, que alguien ha estado dentro y ha dejado un reloj en su almohada. Tiempo más tarde, en su trabajo como telegrafista, recibe un cable alertando de la proximidad de un atentado, y el día del mismo, el reloj, con una sorprendente alarma que él no había programado, lo salva de morir en la explosión. La trama está servida. ¿Quién ha sido el fabricante de la bomba? Nadie duda de que los integrantes de Clan na Gael son los responsables, pero ¿quién ayuda a la organización fabricando los dispositivos? Todo apunta a Mori, del que descubriremos un pasado sorprendente, pero no siempre todo es lo que parece. Thaniel se ve envuelto en la investigación para descubrir al fabricante de bombas.
En un momento de la novela, aparece Grace. Un papel femenino para el personaje científico. ¡Qué desfachatez! ¡A finales del siglo XIX, una mujer queriendo pensar! Precisamente, otro componente social que Pulley introduce en la novela, además de un repaso sucinto a las clases sociales en la época (intercalando rasgos de la sociedad japonesa) y la clara distinción entre ellas, el papel de la mujer en la sociedad se refleja a través de la aparición de Grace (tener que fingir identidad masculina para sacar prestados libros de la biblioteca, luchar contra los deseos paternos y el lógico matrimonio que se espera que celebre para poder tomar posesión de una herencia que una tía le deja, con la condición, claro está, de ser mujer casada…)
Es difícil englobar esta novela si la imaginamos en el contexto victoriano y su no corta lista de géneros existentes; tiene unas pinceladas de humor, otras de aventuras (estas más marcadas), algo de novela histórica, también realista, política y social, fantástica donde las haya y con unos trazos de novela de ficción. Seguramente podamos encontrar más matices que nos permitan englobarla en otra tipología, pero creo que estos son los fundamentales, sin dejar de lado la novela romántica que, sin ser la base argumental, le sirve a la autora para diseñar un final dulce y prometedor para los sueños de los lectores.