La inteligencia del comisario Brunetti se pone a prueba de nuevo en "La palabra se hizo carne". El entrañable detective creado por la imaginación de Donna Leon se tropieza con un caso de asesinato que tendrá que investigar: la aparición del cadáver de un hombre flotando en uno de los canales de Venecia. No lleva documentación que pueda identificarlo y su cara está desfigurada, pero sin embargo la poderosa intuición de Brunetti le dice que conoce de algo a la víctima.
Las pruebas que realiza el médico forense sobre el cuerpo sin vida indican que este hombre sufría una enfermedad nada habitual. Nadie en Venecia ha dado parte de su desaparición, no existen datos sobre su pasado y su asesinato es una incógnita. Brunetti comienza sus investigaciones que, sorprendentemente, le conducen al matadero de Preganziol, en Mestre, donde parece que la industria alimentaria italiana esconde un terrible secreto.
El comisario Brunetti, tan intelectual, sensible y encantador como en las anteriores novelas de Donna Leon, se servirá de la tecnología informática para sus pesquisas con la ayuda de la señorita Elettra. La habilidad y experiencia del comisario serán fundamentales para trazar un plan maestro, el plan que permita dar caza al asesino.
Aparte del carisma que desprende el personaje protagonista, un comisario eficiente, agradable y ante todo buena gente, amigo del buen comer y de la literatura clásica, "La palabra se hizo carne" tiene otros atractivos no menos interesantes. La novela de Donna Leon acerca con acierto al lector a las costumbres de los venecianos, a su vida cotidiana, a su forma de ser y de pensar y, en definitiva, a la seductora idiosincrasia del pueblo italiano.
Intriga, acción y crítica velada hacia la corrupción política italiana en el maravilloso marco de la ciudad de Venecia, lugar bien conocido por Donna Leon, que reside allí desde hace años y transmite como suyo en "La palabra se hizo carne".