Medusa (Azucena Martínez)-Trabalibros
Medusa
Ficha técnica:
Autor: Azucena Martínez
Editorial: ViveLibro
ISBN: 978-84-18296-57-4
Número de páginas: 192
Género: Narrativa
Valoración:
Cuando comencé a leer "Medusa" pensé, “es una novela demasiado sencilla”, lejos del noble arte de la escritura tal vez, lejos de la retórica. Pero avanzando en sus capítulos te preguntas, ¿cómo en tan pocas líneas se han descrito tantos sentimientos de pasión y sufrimiento? ¡Saltan del papel al alma! ¿Es en realidad ficción como dice la autora?, o ¿hay alguien detrás de "Medusa"?  ¿Qué mujer no quiere darse a conocer detrás de esta historia? Sinceramente me cuesta creer que esta novela sea meramente ficción, pero también me cuesta creer que los sentimientos plasmados con tanta belleza, no sean de un personaje real. Tal vez "Medusa" sean muchas mujeres, muchos relatos juntos de una realidad de la que no se habla lo suficiente, de un drama social que está en la calle cada día de cada mes, oculta en cada casa.

Sorprende la capacidad de la autora para describir de manera brillante las escenas de sexo. Muestra una sensibilidad especial, que hace de estos pasajes unos momentos dulces, sensuales y muy respetuosos. No es fácil describir escenas de este tipo sin caer en el error de crear ambientes donde únicamente se percibe sexo, sin nada más que ofrecer. En este caso, es capaz de transmitir además sensualidad, respeto y delicadeza en cada uno de los renglones que escribe. A la vez consigue excitar al máximo, precisamente por esa mezcla de sexo y sensibilidad descrito tan al detalle.

Me llamó la atención cómo la autora consigue trasladar su mensaje principal al lector con reseñas historicas y mitológicas que se unen en un relato actual y contemporáneo: la desigualdad de la mujer, y la necesidad de combatirla, a través también de una intriga bien hilada.

Como tampoco pasan desapercibidos los paseos que los protagonistas de la novela dan por Madrid, donde se descubre una parte de esta preciosa ciudad en la que poca gente se detiene cuando la visita.

Y dicho esto, me gustaría recordar lo escrito por Walter Benjamin. Decía que la historia en esencia es un proceso de empatía, empatía con el vencedor. Por consiguiente, la empatía con el vencedor resulta en cada caso favorable al dominador del momento. El botín de guerra son los bienes culturales. Y así, trasmitido a través de la historia, unos pueblos culturizaban a otros, en una conquista no solo por el territorio sino también por sus dioses y creencias. Para la mujer la conquista ha sido mucho más devastadora. Diosas primigenias destruidas y convertidas en otras. Perfiles míticos que modularon la consciencia colectiva y trabajaron a la mujer a su antojo. Pero la historia está en la calle, en cada esquina, en cada museo que visitamos. Ahí también están las vencidas. Ocultas han pasado del entierro del barro, al silencio de sus vitrinas, esperando que alguien cuente su historia. Su valor no es su antigüedad, su valor es lo que nos dicen, si queremos escuchar.

Una historia que podría haber empezado por “érase una vez” un pueblo ubicado en la antigua Creta, de gente que vivía sin muros ni fronteras, donde hombres y mujeres eran iguales; sin embargo, la autora lo ha sacrificado por un paseo por Madrid, por un recorrido por el museo arqueológico, y por la visita a la Cibeles. La autora nos habla de diosas, hijas de otras anteriores, de otras anteriores. Y nos cuentan historias de fertilidad, naturaleza y vida. Nos hablan de hombres y mujeres que hundían sus manos en la tierra húmeda para esculpir con mimo símbolos de feminidad y naturaleza. Pero es cierto querida autora, las diosas se esfuman, cada vez que las maltratamos y las olvida la historia.

Y por último quería expresarle a la escritora que desgraciadamente y sabiendo que me has pedido mi sincera opinión, el sacrificio de pasear por lo cercano, por lo más próximo, alejado seguramente de lo concreto, no se te perdonará. Algunos, alzarán el estandarte de lo científico, de lo reconocido históricamente. Otros lo harán en nombre del don y el arte de la escritura, de premios literarios, y de un mundo difícil al que pocos llegan. Habrá quien no entienda una sexualidad libre, o lo mezclen con radicalismos, y todos esos se alzarán con la victoria. Y tus diosas seguramente volverán a quedar en el olvido, volverán a su cueva, vitrina o rotonda. Quedarán en la estantería de alguna librería perdida. Los vencedores no perdonaran que tú, autora, solo pretendieras sin más contar una historia que es tan real como poner las noticias un día cualquiera y escuchar. Y no perdonarán que quisieras escribir sin más pretensiones literarias, una historia que merecía la pena ser contada.

Una novela sencilla. Su valor literario es la denuncia, y eso le da la fuerza suficiente para que sea recomendada. Para que llegue a esa persona que puede sentirse identificada y le ayude.

¡Medusa puedes ser tú!
Enviado por: Francisco Fernández Cebrian
Azucena Martínez
Libros con curiosas coincidencias:
Dos novelas que comparten título, inspirado en la mitología griega.
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