Un ladronzuelo y su colla, una persecución en un Citröen Cx, un cuerpo abandonado en una obra, una nota que dice así: "ya nadie me llevará al sur". Todos estos son los ingredientes perfectos para una nueva investigación de Pepe Carvalho. Tras "Yo maté a Kennedy", "Tatuaje" y "La soledad del manager", Manuel Vázquez Montalbán continua la serie del detective privado Pepe Carvalho con "Los mares del sur", Premio Planeta en el año 1979. Han transcurrido treinta y dos años desde la publicación de esta novela, pero algunas cosas no parecen haber cambiado mucho.
Carvalho, ex-comunista y ex-agente de la CIA, es un investigador privado curtido en la indiferencia urbanita, conocedor de los bajos fondos y de los barrios marginales de Barcelona, gourmet compulsivo y bebedor más que ocasional. Como lo definiría el propio Vázquez Montalbán, se trata de un "outsider", que, desde su casa de Vallvidrera, disfruta de un excepcional punto de vista para la evaluación crítica de una sociedad descompuesta. Siempre acompañado por sus compañeros de viaje: la Charo, el fiel Biscuter, el Bromuro y su amigo y compañero de veladas gastronómicas, el gestor Fuster.
Ambientada en la ciudad condal, en plena crisis económica y social, en "Los mares del sur", Carvalho se mueve con soltura desde la firmemente establecida burguesía catalana y sus trapos sucios, escondidos bajo la alfombra de las apariencias y de cierta distinción de clase, hasta los micromundos del Rabal, del Barrio Chino y de San Magín. Siempre tras la pista que le lleve a "los mares del sur", ese lugar tan deseado y buscado por el empresario en continua crisis existencial, Carlos Stuart Pedrell, quien emprendió su propio viaje en busca de aquella paz que la literatura y Gauguin le habían prometido.
Una viuda revitalizada por haber salido de un matrimonio nulo e infeliz, una hija fumadora de hierba necesitada de una figura paterna atenta y protectora, unos colegas inversores centrados en mantener intactos sus negocios y su estatus. Carvalho recorre con una serie de entrevistas todas las capas sociales, los diferentes estratos de una sociedad en crisis que ha perdido de vista su propio horizonte: desde la izquierda más radical y sindicalista hasta la derecha fascistoide y policial que aún declama el llanto reciente por el general muerto; desde la burguesa búsqueda existencialista de una paz perdida y añorada hasta la forzada lucha por la supervivencia de aquellos que sufren los efectos de la corrupción urbanística.
Todos estos ingredientes son cocinados y delicadamente aderezados con los habituales viajes de Carvalho a la memoria y a la reflexión, haciendo de la novela policiaca la perfecta receta para mostrarnos las horas bajas de un tiempo de cambio y la importancia de la memoria y del deseo a la hora de constituir una identidad siempre bajo continua amenaza.
Este viaje a la España de la transición política y de la crisis económica, nos ayuda a pensar el ahora de un modo crítico e irreverente. Parece que nada ha cambiado mucho desde aquellas primeras elecciones autonómicas, quizá los protagonistas, quizá los estilos, pero no las corruptelas, las luchas de poder, la marginación y los intereses creados. El sur siempre está más cerca de lo que imaginamos.
Curiosidades: - El libro tuvo que cambiar su título original en su primera edición traducida al francés porque ya había otro libro con este título. El editor decidió entonces llamarlo "Los mares del sur".
- Esta edición supuso un fracaso de ventas y era habitual ver ejemplares del libro saldados. Casualmente, un influyente crítico literario lo compró de saldo en la librería de una estación de tren para leerlo durante el viaje. La novela le impactó de tal manera que la propuso para el Premio de Literatura de París. Este es el modo en que Manuel Vázquez Montalbán consiguió dicho premio por "Los mares del sur".