Seguir viva nunca fue tan difícil
"
Loba negra" es la continuación de "
Reina Roja", el thriller en el que
Juan Gómez-Jurado nos presentó a
Antonia Scott y
Jon Gutiérrez, dos personajes excepcionales —cada uno por diferentes motivos—, los cuales forman una extraña pareja que, aun y todo, resultó funcionar muy bien en la primera parte. En la segunda, Scott y Gutiérrez vuelven a verse inmersos en una investigación que se enreda por momentos y pondrá su vida en juego. Además, deberán lidiar con sus propias idiosincrasias y fantasmas internos.
Como en todo buen thriller que se precie encontramos asesinatos, desapariciones y traiciones, y sin darnos cuenta estamos atrapados en una lectura que estremece y coge velocidad a cada página. Las pistas vienen y van y los giros ponen patas arriba lo que creíamos saber, cuando menos lo esperamos. Ya llegando al final la verdad se va asomando ante nuestros ojos hasta descubrir un final redondo y cerrado en cuanto al caso, abierto en cuanto a la serie. No deja duda de que habrá una tercera parte; de hecho ya está en preventa y lleva por título "
Rey blanco".
Antonia y Jon vuelven a tener un papel estelar; no ya como investigadores o encargados de resolver el misterio, sino como personajes en sí mismos. Con seguridad, sobresaldrían en novelas de cualquier género. Si en "
Reina roja" ya se nos aparecieron en profundidad, en "
Loba negra" la introspección es aún mayor. Scott sigue demostrando que, a pesar de sus altas capacidades, la inteligencia emocional es todo un reto para ella, lo que complica sus relaciones sociales en general y en especial las familiares. Por otro lado, que la consideren «posiblemente el ser humano más inteligente del planeta» no es algo fácil de gestionar, y la presión aumenta la vulnerabilidad. Ello lleva al bueno y sentimental de Gutiérrez a redoblar esfuerzos para apoyarla, aunque ella no lo ponga fácil.
Los personajes secundarios pero con peso en la narración tampoco se quedan atrás en cuanto a caracterización. Son personalidades fuertes y completas, con sus luces y sus sombras, lo que los convierte en más reales y complica el ponerles la etiqueta de buenos o malos.
Otro sello de esta saga es la narrativa de
Juan Gómez-Jurado. Es directa y simple pero a la vez explicativa; mezcla una prosa formal con otras emotivas o divertidas. Además, se permite el lujo de intercalar referencias culturales de la música y el cine de siempre.
En resumen: "
Loba negra", al igual que su predecesora, "
Reina roja", es una combinación de thriller en estado puro, personajes impactantes y consolidados, y una prosa con estilo. Otra muestra de que este autor lo da todo en cada obra.