El libro rojo de la vida

El paso del tiempo debería servirnos para hacernos más sabios. La experiencia vital es el gran tesoro que el hombre va acumulando con los años, un valor que bien aprovechado puede transformarse en una herencia maravillosa.

A estas alturas de la vida, Luis Bassat ya ha comprobado por sí mismo que "la bondad es la primera cualidad del ser humano" y ha advertido que "la madurez se suele presentar en los momentos más importantes de la vida". Los incontables obstáculos que se debe de haber encontrado a lo largo de su trayectoria le han llevado a la conclusión de que "hace falta saber mucho para resolver los temas más complicados... con sencillez".

Ha aprendido también que "el equilibrio emocional depende de cada una de las facetas de tu vida" y que hay que cuidarlas todas, sabe que "sonreír es bueno para el espíritu, aunque algunos digan que es malo para las arrugas de la cara". Ha llegado a la conclusión de que "la felicidad es querer y sentirse querido. Trabajar y sentirse valorado. Vivir y sentir que estás viviendo cada momento" y, tras obtener innumerables reconocimientos en su profesión, tiene claro que el éxito se mide "sólo por la felicidad conseguida".

Conoce además la utilidad que sus ideas vitales pueden tener para otras personas y decide hacerlas públicas, mostrarlas, ofrecerlas a todo el que desee aprender de ellas. Y así es como surge "El libro rojo de la vida", volumen que cierra la trilogía abierta con "El libro rojo de la publicidad" al que siguió "El libro rojo de las marcas", un libro que recoge multitud de píldoras de sabiduría extraídas de las reflexiones que este gran publicista ha ido recopilando a lo largo de su vida.

En "El libro rojo de la vida" Luis Bassat hace uso del lenguaje que mejor maneja, el de la publicidad, para ofrecer de modo atractivo y convincente toda una serie de máximas vitales. Concentra cada una de sus enseñanzas en frases cortas, claras y directas, como si de un eslogan se tratara, y las integra en un contexto gráfico seductor. Valiéndose de la misma técnica que usan los creativos, elabora anuncios que tratan de esperanzar, aconsejar u orientar en la vida. La imagen potencia el mensaje del texto y el texto dota de sentido lógico a la imagen. La imagen enamora accediendo a nuestro subconsciente por la puerta de atrás y el texto convence penetrando abiertamente en nuestra zona racional. Ambos se unen para lograr el primero de sus objetivos, la primera reacción en el receptor: captar su atención, interesar.

Y hasta aquí alcanza todo lo que este libro tiene en común con la publicidad. Porque, aunque sus páginas tengan la apariencia de hermosos anuncios publicitarios, carecen de marcas ni productos a la venta. Estos originales anuncios de gran poder visual no persiguen que el lector compre un coche, un yoghourt o un detergente; su fin es vender ideas, buenas y valiosas ideas que se le han ocurrido a un hombre de éxito que lleva tras de sí una dilatada carrera profesional y que arrastra una todavía mayor experiencia vital. La intención última de Lluis Bassat con "El libro de la vida" es ayudar, provocar un cambio en el lector que le sirva para mejorar de algún modo su vida. Así se extrae de las propias palabras de su autor cuando dice: "espero que les sea útil y, sobre todo, que les haga pensar... y actuar". 

Un dato a tener en cuenta: los beneficios del autor irán íntegramente a la Fundación Carmen y Luís Bassat para Médicos sin Fronteras. Este gesto es un buen modo de poner en práctica una de las máximas del libro, la que asegura que "el egoísmo te cierra, el altruismo te abre a los demás".