"Los zapatos de plata tienen un poder maravilloso -le explicó la Bruja Buena-, y una de sus cualidades más curiosas es que pueden llevarte a cualquier parte del mundo con sólo tres pasos, y cada paso se da en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo que tienes que hacer es unir los tacones tres veces seguidas y ordenar a los zapatos que te lleven donde desees ir".
Totó saltó de los brazos de la pequeña Dorothy en el peor momento posible. El tornado estaba a punto de alcanzar la casa y era preciso refugiarse en el sótano cuanto antes. La niña se lanzó tras el perro y ambos vieron asustados cómo la fuerza del ciclón en toda su virulencia arrancaba su casa del suelo y les arrastraba con ella hacia el cielo, girando sin cesar, mientras se separaban de Kansas y dejaban cada vez más lejos al tío Henry a la tía Em.
Cuando por fin arreció el temporal, Dorothy observó que habían aterrizado en un lugar extraordinariamente hermoso donde el césped era de color esmeralda, los árboles estaban cargados de frutos, crecían por todos lados flores multicolores y aves exóticas de plumaje brillante surcaban el cielo. Era la tierra de los Munchkins, unos hombrecillos que le agradecieron haberles liberado de la Maligna Bruja del Oriente al haber sido aplastada por la casa en su caída.
A Dorothy le impresionó mucho esta noticia, no era su intención matar a nadie. Sin embargo, pudo comprobar que los Munchkins y su vieja amiga la Bruja buena del Norte estaban en lo cierto al ver que, de debajo de la casa, asomaban dos pies calzados con unos zapatos plateados, unos zapatos mágicos, sobre los que se desconocía el tipo de poder que ocultaban y que Dorothy aceptó como regalo.
Así fue como Dorothy comenzó su andadura a través del país de Oz, siguiendo el camino señalado con baldosas amarillas hacia la ciudad Esmeralda, en busca de la ayuda de un misterioso Mago al que se le atribuye el poder de lograr cualquier cosa. A lo largo del camino se encontrará con un Espantapájaros en busca de cerebro, un Leñador de Hojalata que carece de corazón y un León Cobarde que ha perdido su valor. Con la única protección del beso que le dió la Bruja del Norte y la magia de los zapatos plateados, Dorothy emprenderá un largo peregrinaje con el objetivo de poder volver a su casa y vivirá entre tanto una aventura inolvidable en un mundo donde todo es posible.