"Cicatriz" se publicó después de "El paciente" y antes de la trilogía "Reina Roja", gran éxito de Juan Gómez-Jurado. Según apunta el autor, estas cinco novelas pueden considerarse una pentalogía. Aun así, las dos primeras se leen de manera independiente sin perder el hilo.
Simon Sax es un treintañero que dedica la mayor parte de su tiempo a trabajar. Gracias a eso, ha desarrollado un algoritmo de búsqueda de imágenes que está seguro podrá vender por mucho dinero. Dado el tiempo que pasa con este proyecto, su vida social es escasa —prácticamente solo se relaciona con su hermano, Arthur, y con su mejor amigo, Tom— y la sentimental, nula. O quizás sea al revés: es la dificultad para relacionarse lo que lo ha llevado a volcarse en su profesión.
Sea como sea, Simon se siente solo. Le gustaría conocer a alguien, a una chica, y comenzar una relación. A estas alturas de su vida, sin embargo, ni se plantea hacerlo cara a cara; sabe que no será capaz. Por eso, en un impulso surgido del ansia y la desesperación, decide buscar a su «media naranja» en internet. No es el colmo de la sensibilidad, pero resulta eficaz: conoce a Irina, una mujer con una cicatriz en una mejilla, y se enamora de ella. Además, para sorpresa de Simon, ella parece corresponderlo.
Hasta aquí bien podría ser una novela romántica, ¿verdad? Pues nada más lejos de la realidad. Es cierto que el amor tiene un papel muy importante; no obstante, esto es una novela surgida de la imaginación y la pluma de Juan Gómez-Jurado: el camino hacia las perdices está plagado de obstáculos y, por supuesto, Irina no se hizo esa cicatriz al caerse de un columpio durante una feliz infancia.
Simon en primera persona nos relata la historia. Comienza por una reseña de su situación actual, breve pero suficiente para encender la curiosidad del lector. Después, vuelve al «antes», para ponernos en situación y meternos de lleno en la trama. Jurado maneja las descripciones y la ambientación de manera muy efectiva. Los personajes son únicos y reales a pesar de llevarlos en ocasiones hasta el extremo. Y sabe crear expectación: provoca un ansia por saber que lleva al lector a pasar páginas de manera compulsiva; tanto que, a veces —por lo menos en mi caso— cuesta fijarse en los detalles.
El recurso que principalmente usa el autor para mostrar el bagaje de los personajes son saltos atrás en el tiempo, intercalados con la trama principal. En esta ocasión, están dedicados sobre todo a Irina y ya darían por sí mismos para una novela con género propio. Además de ser parte importante de la construcción de los protagonistas, estas regresiones también ayudan a cambiar el ritmo, dan un tiempo para respirar durante la lectura.
Otro aspecto llamativo es, aunque la trama principal sea thriller, la mezcla de géneros y temas: acción, misterio, amor, superación, mafia, discapacidad, humor, ironía, acoso… todos ellos bien manejados y encajados en la narración. "Cicatriz" es, en consecuencia, una novela larga, que atrapa y entretiene, con una trama y subtramas de personalidad propia hiladas con acierto.