"El pequeño movió ligeramente la cabeza en su dirección. Sus párpados se separaron hasta formar una mínima abertura, volvieron a cerrarse, y luego se abrieron por completo.
La expresión de Querefonte se congeló al ver aquellos ojos casi transparentes. Desde el día del oráculo se fijaba de forma obsesiva en los ojos de la gente y jamás había visto unos tan claros como aquéllos. Notó que se mareaba, que la tierra se abría y lo envolvía la risa atronadora de los seres del inframundo. Apartó la vista y encontró el rostro de Sócrates vuelto hacia él. La expresión de su amigo era imperturbable, salvo por la advertencia o recriminación que distinguió en su mirada dura".
«Los dioses se complacen en jugar con los humanos». No cabe otra explicación.
Querefonte no comprende por qué un niño de pañales debe cargar con el peso de un crimen. Un crimen que todavía no se ha cometido.
Aunque su intención fuera buena, tal vez no debería haber realizado aquélla consulta al
oráculo de Delfos. Así se lo había hecho saber su amigo Sócrates y, considerando que era el hombre más sabio de Atenas, seguramente tendría razón. Pero ya no era posible echar marcha atrás, el oráculo se había pronunciado: Sócrates morirá a manos del hombre de la mirada más clara. Y el pequeño Perseo, poseedor de unos ojos cristalinos, casi traslúcidos, parece haber sido traído al mundo para convertirse en verdugo del mayor sabio de su tiempo.
El oráculo de Delfos nunca predice en vano. Sus vaticinios son siempre acertados, pero suelen requerir una interpretación. Querefonte se encuentra ante una encrucijada. Se trata de una criatura inocente, a la que no se debe prejuzgar;
Perseo es un niño que merece ser tratado como los demás. Pero, por otra parte, si desviara la trayectoria de Perseo y lograra separarlo de Sócrates, tal vez este hecho salvaría su vida. Aunque los dioses son caprichosos y, cuando escriben el destino de los hombres, lo hacen con todas las herramientas en su mano para hacer que se cumpla.
El asesinato de Sócrates es una amenaza futura, pero para los habitantes de la Grecia antigua hay otra amenaza mucho más urgente. Los años de paz que la tregua establecida entre la democrática y civilizada Atenas y la belicosa Esparta van a concluir. El odio que un pueblo acumula contra el otro desde tiempos inmemoriales va en aumento y la situación está a punto de estallar. Impulsada por personajes violentos como el militar espartano Aristón se inicia una nueva contienda entre Atenas y Esparta, conflicto que desembocará en la Guerra del Peloponeso y que llenará las ciudades de miseria, hambre y refugiados.
En este contexto histórico se desarrolla la trama creada por
Marcos Chicot para "El asesinato de Sócrates", una novela que tiene el poder de introducir al lector en la época de la Grecia clásica de un modo tan verosímil como si se tratara de un ciudadano espartano o ateniense. Los escenarios, las costumbres, los principales hechos históricos y muchos de los protagonistas son retratados fielmente en esta obra de ficción, de argumento apasionante basado en su mayor parte en la realidad, de tal modo que "todo lo que se narra ocurrió o pudo haber ocurrido tal como se relata".
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El asesinato de Sócrates" es una magnífica oportunidad de adentrarse en el mundo antiguo del cual procedemos, asistir como espectadores a los orígenes de nuestra cultura y aprender Historia desde dentro, sintiéndonos partícipes de un mundo que se debatía entre la civilización y la barbarie, que vivía una época de esplendor, se estaba abriendo a la filosofía y tenía en alta estima la palabra de los sabios.
Por si el argumento no fuera bastante, para mantener todavía más vivo el interés del lector y saciar su curiosidad el autor sugiere complementar la lectura accediendo a las numerosas imágenes y comentarios que ha preparado sobre las esculturas, templos, cerámicas y otros elementos que aparecen en la novela. Una novela ilustrativa y entretenida, una lectura altamente recomendable.