Bruno Almeida, un apuesto profesor de arte, que cuenta con cuarenta años de edad, y que es miembro de la Compañía de Jesús, realiza en 2004 su tesis doctoral en Salamanca. Cuando ha dado por finalizada su investigación sobre la obra de Francisco de Goya, descubre de forma casual unos enigmáticos puntos que cruzan algunos de sus más brillantes lienzos, registrados en una imagen de escáner tridimensional. Extrañado, comienza a preguntarse por ese desconocido hallazgo, pero no sucede nada anómalo hasta que no empieza a airear el asunto. Conducido al norte de España, debe de aguardar retirado durante más de medio año a que todo se calme. Entonces es conducido a Roma, donde ha de entrevistarse con Marco Schiavone, un cardenal jesuita, que había sido profesor suyo en sus primeros años de formación. De su boca descubre que ha abierto una caja de Pandora que nadie va a ser ya capaz de cerrar. El anciano le relata cómo siendo joven participó en una misión secreta de rescate de las principales obras pictóricas expuestas en el Museo del Prado, que habían salido de España para ser protegidas en 1939 de la contienda bélica.
Cuando el general Franco solicitó la devolución del patrimonio, un total de 152 obras, las más valiosas de la mejor pinacoteca del planeta, habían sido cambiadas por copias exactas con el objetivo de protegerlas de un final incierto, en el que los dos bandos de la guerra civil han ido utilizando los cuadros del museo como arma arrojadiza.
Bruno va descubriendo quién se encuentra detrás de la operación, sorprendido por el alcance de lo ha encontrado, un secreto que puede poner patas arriba los cánones de la Historia del Arte. ¿Cómo pudieron engañarnos durante 70 años? ¿Por qué, precisamente ahora, es necesario acabar con la farsa, coincidiendo con la inauguración en 2007 de la ampliación del Museo del Prado? ¿Quién pudo tener la maestría suficiente cómo para urdir el engaño en ese momento de grandes cambios? Es un escándalo internacional.
Según avanza la trama, el jesuita, ayudado por Claudia Bartoli, una bella joven italiana, que está directamente relacionada con los protagonistas iniciales sin ella que ella llegué ni siquiera a sospecharlo, debe ir encontrando las pistas, repartidas entre distintas localizaciones de Europa y del continente americano, con el objetivo de adelantarse a un enemigo, que también forma parte de la misma Iglesia católica y a quién le mueve un fin mucho menos altruista, ya que nadie sabe a ciencia cierta dónde se encuentran en la actualidad los originales. La idea de comprar la elección que va a producirse en el inminente cónclave, para convertirse en el sucesor de Juan Pablo II, ha seducido a otro cardenal, el dominico Jack Huston, que desde la costa oeste americana mueve a sus peones sobre el tablero de juego para hacerse con los cuadros antes de que sean encontrados y devueltos al Estado español.
El lector deberá enfrentarse a estos y muchos otros enigmas y enredos artísticos antes de descubrir en el último momento de su lectura que en realidad nadie es el bueno y nadie es el malo absoluto en esta aparente épica lucha entre el bien y el mal. Una trama que bucea en nuestra historia más reciente para aportarnos datos, fechas y lugares que nos plantean un sinfín de dudas y enigmas que deberá solucionar cada nuevo lector. Después de leer "Ángelus" jamás volveremos a ver de la misma manera la saga de películas más taquillera de la historia del cine, ni tampoco las obras pictóricas de nuestro genio, Salvador Dalí. Mucho menos pasearemos con la misma tranquilidad por las galerías del Museo del Prado, el epicentro último de toda la desbordante y sorprendente historia ingeniada por Jorge Iglesias Manzano para deleite de nuestra imaginación más perversa.