«A quienes necesitan que les recuerden
que cada día de la vida tiene que ser importante».
Dedicatoria de Adam Silvera.
Al final mueren los dos puede parecer el título de un wéstern, ¿a que sí? Nada más lejos de la realidad: es una novela juvenil, aconsejada para lectores a partir de catorce años. Se publicó en 2018 y ha tenido mucho éxito, debido en gran parte a su original e impactante premisa.
Estamos en un mundo en el que una empresa,
Muerte Súbita, se dedica a avisar a las personas de que les quedan como mucho veinticuatro horas de vida, a través de una llamada telefónica. Algo rutinario a lo que muchos trabajadores consiguen acostumbrarse y hacerlo de forma mecánica.
«Hola, te llamamos de Muerte Súbita. Siento informarte de que en algún momento de las próximas veinticuatro horas vas a sufrir una muerte prematura».
Mateo Torrez recibe la llamada a las 00:22,
Rufus Emeterio el mismo día a la 01:05. Mateo y Rufus son dos adolescentes de casi la misma edad, que no se parecen en absoluto y que no hubieran llegado a ser amigos ni aun sentándose juntos en clase. No obstante, esa llamada cambia tantas cosas que los hace coincidir y conocerse no solo el uno al otro, sino también cada uno a sí mismo.
La novela está dividida en capítulos, cada uno es el punto de vista de una persona (la gran mayoría de ellos, el de Mateo o el de Rufus). Y cada capítulo comienza en una hora concreta que va avanzando cronológicamente; aunque, en realidad, este avance del tiempo es una cuenta atrás… Otros personajes se van cruzando con los dos protagonistas, algunos interactúan con ellos, bien porque sean parte de sus vidas, bien por casualidad; otros, simplemente comparten tiempo o espacio sin reparar en ellos.
¿Qué harías si te quedara menos de un día entero de vida? Si esa pregunta es difícil de contestar cuando no estás en esa situación (más bien, cuando no sabes si lo estás), imagina si tienes la certeza de que estás a punto de morir. Por las mentes de Mateo y Rufus pasa de todo, sobre todo confusión; eso sí, ambos descubren que lo mejor de su vida lo han hecho en el último momento: conocerse.
Al final mueren los dos es un
carpe diem de manual, una exaltación de la amistad, de aprovechar el momento y de no tener miedo a ser ni a hacer, porque si algo tenemos todos en común es que un día moriremos y a partir de entonces ya no seremos ni haremos. Está escrita de forma amena, que engancha, y con lenguaje y desde un punto de vista juvenil. Y es que, ¿cuándo nos creemos más inmortales que durante esos años de adolescencia?
Qué sentimiento tan humano es la esperanza, ¿verdad? Y qué razón tenía quien dijo que es lo último que se pierde. Por eso, a pesar del título, de la sinopsis y de casi toda la novela, cuando apenas me quedaban unas pocas páginas por leer, aún tenía una mínima esperanza de que Mateo y Rufus consiguieran evitar a la muerte. ¿Por qué no? Giros más extraños se han visto…