La construcción del
Real Convento de Mafra en
Portugal (también conocido como
Palacio Nacional de Mafra) comenzó en 1717 por orden del rey portugués
Don João V. El complejo, que comprende el
Palacio, el
Monasterio, la
Biblioteca y la
Basílica, fue inaugurado en 1730, aunque las obras no finalizaron por completo hasta 1791. Este magnífico edificio constituye la obra cumbre del estilo barroco portugés y fue declarado
Monumento Nacional en 1907.
El
Convento se planteó inicialmente para dar alojamiento a 13
frailes franciscanos, pero la llegada del oro procedente de Brasil a las arcas portuguesas hicieron cambiar a
Don João V de opinión, que prefirió construir un inmenso palacio. El
arquitecto elegido para llevar a cabo el proyecto fue
Johann Friederich Ludwig y la construcción del edificio dio trabajo a más de 52.000 personas.
Las dimensiones del suntuoso edificio son enormes, ya que el complejo ocupa un total de 37.790 metros cuadrados, con 1.200 habitaciones. Esto permitió ubicar a 330 frailes franciscanos en el
monasterio, sin tener en cuenta las dependencias del
palacio destinadas al uso por parte de la realeza, que gustaba de cazar en los bosques próximos y convirtió al
palacio en lugar de descanso y parada habitual, aunque nunca residió en él de forma estable.
La
Real Biblioteca de Mafra posee cerca de 40.000 volúmenes, muchos de ellos únicos y de gran valor, reuniendo así un amplio catálogo cultural del saber del siglo XVIII. Algunos de los tomos fueron encuadernados artísticamente por los talleres de la
Casa de la Librería.
Como curiosidad, es interesante conocer que el
Real Convento de Mafra fue convertido en lugar literario por
José Saramago en su novela "
Memorial del Convento", donde recrea el
Portugal del siglo XVIII a través de la historia del
Convento de Mafra y explica muchos detalles de su construcción.