Eduard Punset nos presenta en este libro una aproximación a un tema tan eterno y fundamental como es la felicidad, con la lucidez que le caracteriza.
Tal y como explica en el prólogo de "Viaje a la felicidad", Punset opina que este es un tema que ha comenzado a preocupar al ser humano desde hace relativamente poco tiempo, ya que hasta hace algo más de un siglo la esperanza de vida se establecía en tan sólo 30 años. Esto provocaba que los principales esfuerzos del hombre fueran dirigidos sobre todo hacia el objetivo de sobrevivir y reproducirse para perpetuar la especie, el objetivo de ser feliz se dejaba para disfrutarlo en el más allá.
Es a partir del momento en que el ser humano no necesita preocuparse tanto por su supervivencia y sabe que dispone de una larga vida (que se establece en aproximadamente en 40 años más que antes) cuando se plantea embarcarse en la gran aventura humana: la búsqueda de la felicidad.
La comunidad científica ha investigado sobre la naturaleza de la felicidad y los condicionantes que pueden influir en ella (factores emocionales, sociales, económicos, el estrés, el envejecimiento...) Este es un valor añadido del libro, ya que el estudio serio del sistema emocional había sido despreciado hasta hace relativamente poco tiempo.
A pesar de tratarse de un concepto abstracto difícil de evaluar, aparentemente más acorde con la reflexión filosófica que con la ciencia, Eduard Punset nos demuestra en el "Viaje a la felicidad" que mediante el método científico es factible hallar conclusiones interesantes y prácticas sobre este tema, claves que nos ayuden a entendernos mejor y en última instancia a ser más felices.
El libro está plagado de ideas valiosas, como por ejemplo conocer que "la felicidad es un estado emocional activado por el sistema límbico en el que, al contrario de lo que cree mucha gente, el cerebro consciente tiene poco que decir", porque el origen de las emociones se encuentra en la parte no consciente del cerebro.
Incluso es posible obtener una teórica fórmula de la felicidad, como nos propone en el último capítulo. Esta fórmula a grandes rasgos auna los factores que contribuyen en conseguir la felicidad, minimiza los que influyen en la disminución del bienestar e intenta reducir a la mínima expresión la carga heredada negativa.
Esto, que dicho así parece sencillo, no debe serlo tanto a la vista del entorno que nos rodea. Pongámonos pues a trabajar, porque no es tarea fácil.