Los tres círculos de plata

"Hubo un tiempo en el que no era necesario ver algo para creer que existía". Hubo un tiempo en que los hombres no precisaban de comprobaciones para decidir lo que querían que existiera y lo que no, una era donde la imaginación competía con la verdad y la leyenda se confundía con la crónica. Hay, todavía, una época en la que la fantasía cumple la función para la que fue creada y ejerce de maestro de ceremonias de la maravilla. Se trata de la infancia, una época a la que sería muy saludable no acabar por completo de renunciar.

Hubo un tiempo en el que el mundo estaba habitado por dos razas que convivían en armonía: los humanos y los Nacta. Estos últimos eran seres con habilidades especiales, humanos que desarrollaron dones provenientes de fuentes de poder que emanaban de lo más hondo de su interior. Fue el miedo a lo diferente, a lo desconocido, lo que acabó por separar ambas razas y confinar a los Nacta en lugares remotos.

Los Nacta quedaron recluidos en su propio mundo, un lugar donde se vive en perfecta simbiosis con la naturaleza. Conviven con curiosos animales como los lumix (seres luminosos que alumbran los senderos a cambio de protección) y los osx (una especie de caballo muy veloz que presenta escamas en lugar de pelo). Disfrutan de adorables crankos como mascotas y admiran el vuelo majestuoso de los joloks alados. Entre sus costumbres alimenticias se encuentra la de chupar el néctar delicioso de la flor de volkon, beber té de Kumit, comer carne de ding, hojas de bata, alcachofas de río o filetes de nepu.

El asentamiento principal de los Nacta se encuentra en la Ciudad de los Tres Árboles. Sus habitantes viven en unos fantásticos árboles-casa llamados alimbos, formando un entramado natural de viviendas orgánicas que "evocaban pensamientos de tiempos más simples y un mundo más amable. Estructuras encantadoras en las que todo parecía vivido pero no abusado". Sin embargo, como hombres y Nactas comparten la naturaleza humana, entre ellos también existen las mismas rencillas, envidias o rencores.

Cómo llega Leo hasta el mundo Nacta es una historia muy curiosa en la que tiene mucho que ver una niña, un enchufe y un caracol. El joven, que a sus catorce años ha pasado ya por cinco orfanatos, no puede ni imaginar la gran aventura que el destino le tiene preparada en lo que será su siguiente hogar: el auténtico, el de verdad. Pero no estará solo: en este mágico y desbordante viaje le acompañará el pequeño, gracioso y espontáneo Hermes y las gemelas Nyx y Layna, también huérfanos como él. Los cuatro chicos tratarán de encontrar allí el calor de la familia que tanto ansían, mientras se enfrentan a un gran enigma por descubrir y a una terrible amenaza que pone en riesgo a los Nactas: los peligrosos ataques del Robador de Latidos, un ser desalmado y terrorífico al que hay que neutralizar.