La trenza

Tres son las protagonistas de esta conmovedora novela de Laetitia Colombani:

Smita. En Badlapur, India, nació y ha vivido siempre Smita. Pertenece a la clase más baja de la sociedad india, los dalit o intocables. Su trabajo es recoger los excrementos de las familias de castas por encima de la suya, como hicieron su madre y su abuela. Y ese es el destino que le espera a su hija, Lalita. Pero Smita no está dispuesta a aceptarlo; ella quiere que su pequeña vaya a la escuela, aprenda y tenga una vida mejor. Es una aspiración en apariencia fuera de lugar dada su condición; sin embargo, está dispuesta a luchar por ella.

Giulia. Es una joven entusiasta y soñadora, que se pierde en un libro y disfruta del trabajo en el taller familiar de Palermo, Italia, donde elaboran pelucas de pelo auténtico. Ha aprendido el oficio de su padre y cuando este sufre un accidente que lo deja al borde de la muerte, la vida de Giulia se ve sacudida por un potente embiste. La pesadumbre se adueña por completo de ella al descubrir que, además, el taller está a punto de quebrar y la única solución posible parece cerrarlo. Aunque Giulia no se resigna.

Sarah. Viajamos ahora hasta Montreal, Canadá. La ambición de Sarah en el plano profesional la ha llevado a ser una abogada de renombre, para lo que ha tenido que sacrificar su vida personal: dos exmaridos y tres hijos a los que apenas ve han sido, entre otras cosas, el precio a pagar en una sociedad en la que, al igual que en las de las dos protagonistas anteriores, ser mujer requiere un esfuerzo extra para —intentar— ser tomada en cuenta. La vida, no obstante, le pone la zancadilla por medio de una inesperada enfermedad, y Sarah ha debe replantearse sus prioridades.

Entre ellas, Smita es quien tiene la situación social más complicada, pero las tres comparten la lucha contra el lugar que el destino les tiene reservado por nacer mujer y en una sociedad determinada. Cada una en su contexto hará frente a las adversidades, con miedo pero con determinación.

No es, aunque pueda parecerlo, una historia sobre feminismo; o no solo sobre eso, en todo caso. Es una historia de lucha y superación y de cómo pueden confluir los actos de tres mujeres que ni se conocen ni se van a conocer y que además viven en puntos lejanos del planeta.

Es una novela, como decía al principio, conmovedora, porque nos abre los ojos ante el sufrimiento de tantísimas personas —en especial mujeres— que viven en el abandono y la miseria solo por haber nacido en determinado lugar. Las historias de Sarah y Giulia tocan la fibra sensible en un contexto que conocemos bien. No es así en el caso de Smita: quien más y quien menos hemos leído u oído sobre el sistema de castas de la India, pero la autora no escatima en detalles para describir el día a día de una familia en lo más bajo de dicha sociedad. Y duele saber que algo así esté pasando ahora mismo.