La crisis ha fomentado el emprendimiento, pero nadie ha enseñado a emprender a la gente. Los salarios no van a subir en años, pero ningún empresario ofrece una contrapartida al trabajador para evitar su descontento y retener el talento (todavía) no quemado. Y las compañías cada vez contratan menos fijos y buscan más freelance que cubran sus demandas por proyectos y no por años.
Hoy día, más del 50% de la población trabaja con un ordenador y un teléfono móvil. Es decir, con herramientas que no necesitan de una localización física para ser efectivas. Pero se impone el viejo dicho de 'trabaja mejor quien más horas hace'. Aunque, con los instrumentos de medición actuales, sabemos que gran parte de la población activa pasa miles de horas al año conectada a las redes sociales, leyendo prensa por internet o planificando sus vacaciones en buscadores en horario de oficina. Por una sencilla razón: hace tiempo que han acabado sus tareas pero sus jefes no les dejan irse.
Con este libro se pretende ser pedagógico en tres aspectos: el primero, enseñando a los que por convencimiento u obligatoriedad tienen que trabajar en su domicilio a hacerlo, pues nadie en ningún ámbito jamás les ha formado para ello. El segundo, haciendo ver al dueño del negocio el ahorro que le puede suponer (en dietas, kilometraje y hasta gastos fijos como luz) esta práctica. Pero, por encima de todo, redescubriendo el concepto de salario emocional. Aquel que, sin hacernos ganar más dinero, nos da cosas como pasar más tiempo con nuestros hijos o poder hacer gestiones sin pedir días libres. Y que hace feliz al empleado. Que, en consecuencia, se implica más con la empresa. Creando un círculo de beneficio mutuo.
La clave para empezar esta revolución es un cambio de paradigma: dejar de medir la productividad en horas y hacerlo en objetivos. Hay doce cosas que hacer esta semana. Si las acabas el miércoles, mejor para ti y para mi. Si las concluyes el viernes, seguimos como hasta ahora. Si las finalizas el domingo, es tu problema. Y si no llegas, tendré que ver si eres rentable para mi negocio.
Todo esto cabe en un libro de apenas 180 páginas, con narración de situaciones reales que ocurren cada día y que pueden ponerse en funcionamiento inmediatamente. Al final, si todos ganamos,
¿por qué no nos dejan trabajar desde casa?