Tao Te Ching (Lao Tse)-Trabalibros
Tao Te Ching
Ficha técnica:
Autor: Lao Tse
Editorial: Alianza
ISBN: 978-84-206-6131-5
Número de páginas: 176
Género: Espiritualidad-religión
Valoración:
El "Tao Te Ching" empieza diciendo "el Tao que puede ser expresado, no es el Tao perpétuo". En este momento deberíamos abandonar la reseña, pues nada de lo que acertemos a decir será el Tao y sólo podremos complicar las cosas. En cierta manera, el "Tao Te Ching" empieza por donde acaba el "Tractatus" de Wittgenstein en el famoso punto 7. Oriente intuye lo que Occidente deduce: que hay que callar sobre aquello de lo que no se puede hablar.

A pesar de esto hablaremos, y diremos que el "Tao Te Ching", junto con los escritos de Chuang-Tzu forman los dos pilares fundamentales del taoísmo. Más concretamente, como dice Carmelo Elorduy, del taoísmo sapiencial, para distinguirlo del taoísmo supersticioso posterior, religión mágica que no guarda con el verdadero pensamiento de Lao-Tse sino una relación superficial.

El "Tao Te Ching" es una pequeña recopilación de pensamientos de carácter aforístico atribuidos a Lao-Tse (el viejo maestro) que representan una síntesis de la cosmovisión y el pensamiento ético taoísta. Filosofía, mística, gnosis, el "Tao Te Ching" es el camino, la vía (Tao) hacia la sabiduría y la virtud (Te). Sabiduría intuida pero al mismo tiempo rescatada por Lao-Tse del "Libro de las mutaciones", como sostiene Wilhelm. La doctrina de Lao-Tse tiene como premisa el "I Ching" y su visión del universo en constante cambio y mutación por efecto de la gran oposición polar de fuerzas.

Para los taoístas el ser humano es un microcosmos (Yen tao o vía del hombre) que está animado a imagen y semejanza del macrocosmos (T´iän tao o vía del cielo) por un soplo primordial polar dividido en ying y yang (femenino-masculino, tierra-cielo...) La vida se identificaría con este soplo oculto detrás de todas las manifestaciones vitales. El taoísmo pretendería preservar y nutrir este principio vivificador a través de numerosos procedimientos: gimnasia, dietética, drogas, meditación... El objetivo final sería, según Mircea Elíade, la inmortalidad.

El taoísta no interviene, no actúa (wu wei), deja a los seres y las cosas seguir su curso natural imitando la inoperancia omnioperante del Tao. La sabia naturaleza se ordenará por sí misma mejor que con nuestras desacertadas intervenciones.

Son muy interesantes las analogías entre el pensamiento taoísta y algunas corrientes filosóficas occidentales, como el estoicismo y neoplatonismo (de gran influencia ambas en el cristianismo). También con el budismo Mahayana. Hay algo que hermana profundamente a Lao-Tse, Buda, Séneca y Plotino.

Como todos los grandes conceptos espirituales el Tao, cuando pretende ser analizado, "se retira a no-ser". El Tao hace referencia a una vivencia inmediata y profunda que sobrepasa todos los conceptos. No pertenece al mundo de los fenómenos. Quien conoce el Tao no habla de él y quien habla de él no lo conoce.

Quizá esto no case muy bien en nuestras culturas "logocéntricas", por eso cabe recordar unas palabras del gran sinólogo Wilhelm, el cual propone una especie de inhibición cortical: "frente al excesivo desarrollo de lo racional hay que volver a la simplicidad sin nombre, al estado en que el Tao puede todavía actualizarse cándidamente, sin pretender designarlo con un nombre, y en que se restablece la unión entre la gran madre y su hijo, el hombre".
Enviado por: Gracia Sacromonte
Curiosidades:
- En castellano sólo existen dos traducciones realizadas directamente del chino al español: la del jesuíta español Carmelo Elorduy y la de Juan Ignacio Preciado, profundos conocedores ambos de la lengua y filosofía china antigua.
Lao Tse-Trabalibros
Libros con ideas afines:
"El arte de la guerra" de Sun Tzu comparte la misma metafísica taoista que el "Tao Te Ching".
Lao Tse era un profundo conocedor del "I Ching", de hecho muchas de las ideas recopiladas en el "Tao Te Ching" provienen de esta fuente antiquísima de sabiduría china.
Según Mircea Eliade la finalidad de las prácticas taoistas es conseguir la inmortalidad. Seguro que si don Miguel de Unamuno hubiera leído el "Tao Te Ching" se hubiera hecho taoísta.
Las muchas analogías entre la filosofía taoísta y el estoicismo sugieren la sospecha de un origen común ignorado.
Comentarios:
BeayEdu (leer comentario)
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