Como lectora, me enamoré de esta historia de inmediato. La voz de la protagonista, Emma, es fresca, ingeniosa y divertida, y la acción, arrancando desde el mismo prólogo, es interesante y ligera.
La trama parte de una situación a lo cenicienta “chica normal se enamora de chico famoso fuera de su alcance” pero con una peculiaridad: el hecho mismo de enamorarse, en el caso de Emma es bastante improbable porque es una declarada escéptica en lo que al amor se refiere y nada mitómana en cuanto a los famosos.
Narrada en primera persona, me ha encantado esta insólita historia de amor pero, sobre todo, me ha gustado mucho entrar en la vida real y familiar de Emma: su trabajo, su entorno, y la relación con su madre y sus dos amigas más cercanas, Sara y Rita, con las que creció y con las que no siempre comparte la forma de ver las cosas, especialmente las relaciones románticas. Emma, lejos de ser un modelo de perfección, tiene un carácter arisco y algo egoísta que, a veces, provoca rechazo, pero su capacidad para reírse de sí misma hace que perdones sus defectos y comprendas sus sentimientos.
Los dos personajes masculinos, John, el actor famoso, y Leo, el amigo propietario del pub son igualmente atractivos y nada tópicos. John, sexy, divertido y famoso, podría parecer distante pero sorprende que sea tan “normal”. Leo es un guapo gruñón, algo cínico y sarcástico que no le perdona ni una a Emma, o eso parece... En sus encuentros con ella saltan chispas de rivalidad y pura atracción.
La historia no es sólo sobre Emma y su romance, es mucho más; es la historia de una chica actual conociéndose a sí misma y creciendo como mujer, narrada con autenticidad y toques de humor que la hacen cercana, simpática y creíble. Los personajes secundarios son originales y, al mismo tiempo, muy reales. La narración, además, está salpicada de referencias a canciones, artistas y películas que aportan un guiño cómplice y algo de nostalgia pop.
Sin duda, recomiendo esta novela a quienes buscan una historia atractiva, entretenida y refrescante.