Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York

La misión de Libros del Asteroide consiste en dar a conocer libros no publicados en castellano o descatalogados pertenecientes a los últimos setenta y cinco años de historia. Una misión complicada, quizá hasta algún experto del mundo literario la catalogue de suicida y, sin embargo, imprescindible. Y es que una editorial que se precie de llevar como nombre la palabra asteroide está preparada para asumir riesgos. 

Y esto es lo que ofrece Libros del Asteroide en esta ocasión, un relato hasta ahora inédito en castellano cuya autora tiene un pasado plagado de éxitos en el mundo televisivo más allá del charco pero que en el viejo continente es apenas conocida. 

Publicada en 1972, la única novela de Gail Parent arrasó en Estado Unidos e incluso fue adaptada para la gran pantalla. La editorial catalana rescató este éxito en 2015 y brindó la oportunidad de disfrutarla a lectores hispanoparlantes de todo el mundo. 

Se trata de una larga carta de suicidio contada en primera persona por la protagonista, Sheila Levine, treintañera judía residente en Manhattan cuyas idas y venidas amorosas acapararán el grueso de la misiva. Ya desde las primeras líneas deja clara su intención, es una decisión tomada, sin vuelta atrás. Y lleva a plantearse, ¿por qué habría una chica joven de suicidarse?, y más aún, ¿cómo es que lo tiene tan claro?

Esas son precisamente las preguntas que Sheila irá contestando en un relato con una buena masa de ironía, unos toques de humor, una pizca de dramatismo y una buena dosis de desesperación. Hará un recorrido desde la odisea de buscar un piso en el que independizarse con su mejor amiga Linda, pasando por una catastrófica fiesta de Halloween, sus vacaciones un tanto bizarras en Fire Island hasta la culminación de su decisión. Todo ello bajo el fantasma que no deja de perseguir a la protagonista, el matrimonio.

Esta novela es una bomba explosiva cargada de sarcasmo y crítica al rol exigido a las jóvenes americanas de la década de los 70 cuya máxima aspiración consistía en subir al altar y crear una familia nuclear de libro. Citando a la propia Sheila, cuyo discurso se debate entre el ansía de conseguir marido a toda costa y la opción de ser soltera y feliz:

“Decidme la verdad chicas. Queréis divertiros. Estáis cansadas pero no tenéis el ánimo para cambios. No vais a dejar a vuestro hombre ni vuestro acogedor hogar revestido de madera por la vida de la buena de Sheila.” 

“Al Movimiento de Liberación de la Mujer le dejo una donación de cien dólares con la esperanza de que los utilice para crear un mundo en el que una chica pueda ser soltera y feliz. (Siento que la cantidad no sea mayor.)”