Los restos del día (Kazuo Ishiguro)-Trabalibros
Los restos del día
Ficha técnica:
Autor: Kazuo Ishiguro
Editorial: Anagrama
ISBN: 978-84-339-1429-3
Número de páginas: 256
Género: Narrativa
Valoración:
Si al empezar a leer Los restos del día te preguntas: ¿qué hago yo perdiendo el tiempo con un personaje tan odioso, creído, petulante y vanidoso? No desistas, la sensación mejora y la situación se vuelve bastante cómica.

Los restos del día es una novela inteligente y divertida que nos presenta a Mr. Stevens, un mayordomo de edad avanzada que sirve desde hace décadas en Darlington Hall, una mansión en Reino Unido que ahora pertenece a Mr. Farraday, un millonario estadounidense. Previamente la mansión perteneció a Mr. Darlington hasta su fallecimiento tres años atrás.

Mr. Farraday propone a Mr. Stevens que se tome unos días de descanso y que aproveche para irse de vacaciones. Este será el primer viaje de Mr. Stevens, que planeará irse por el oeste del país con el fin de conocer los hermosos paisajes de la campiña inglesa. No obstante, esconde una motivación mucho más fuerte: visitar a Mrs. Benn, que había sido ama de llaves en Darlington Hall hace unas décadas y a la que Mr. Stevens se sigue refiriendo como miss Kenton, su nombre de soltera. El drama. Está. Servido.

El viaje (o la historia-marco) tiene lugar en 1956 y pasa a un segundo plano cuando Mr. Stevens comienza a contarnos la historia, a modo de confesión, de toda su carrera profesional en Darlington Hall.

Kazuo Ishiguro nos presenta una obra lenta y sosegada, lo que sirve de atmósfera perfecta para el viaje a bordo del elegante Ford (prestado) en el que viaja Mr. Stevens. Se hace necesario entonces rebajar las prisas y degustar con calma el paisaje, la campiña, la espera. La personalidad del protagonista genera una tensión de amor-odio que es, a mi modo de ver, el motor principal para seguir leyendo.

Mr. Stevens respira y se nutre de la nostalgia de los tiempos pasados. Podríamos considerar a este personaje una especie de simbolismo de la decadencia de la propia Inglaterra de entreguerras, que anhela tiempos pasados, que, como dicen, siempre fueron mejores.

«Yo prefiero las cosas a la antigua usanza». - Mr. Stevens

Mr. Stevens es un mayordomo arrogante, altanero, autocomplaciente, cotilla, que se da una importancia que nadie nunca le dará y está obsesionado con su trabajo, un señor con problemitas, vaya, que no consigue entender sus propios sentimientos o no se atreve a enfrentarlos.

Usa un lenguaje muy correcto, preciso y estirado, que es el que le da ese aire snob. Es fácil imaginarse a ese mayordomo paseándose por la casa con un palo de escoba metido por ahí, esperando a enterarse de los últimos cotilleos del reino… porque eso es lo que hace que este personaje empiece a llamar nuestra atención y sobre todo lo que evita que la obra sea aburrida: esa contradicción entre lo que dice o piensa y lo que hace, la forma tan naif que tiene de justificarse:

«Durante estos últimos meses, he sido responsable de una serie de pequeños fallos en el ejercicio de mis deberes, debo reconocer que todos ellos son bastante triviales. No obstante, comprenderán ustedes que para alguien acostumbrado a no cometer este tipo de errores la situación resultaba preocupante, por lo que empecé a elaborar toda clase de teorías alarmistas que explicaran su causa.» - Mr. Stevens

Los diálogos entre Mrs. Benn y Mr. Stevens son los que consiguen aligerar el ritmo lento de la obra para dar un toque de color y un cambio que el lector agradecerá.

El mayordomo es un narrador poco fiable de manual. Este es posiblemente el concepto más importantes de la obra, que le otorga ese carácter experimental, en el que el mayordomo crea su propio personaje: el mayordomo de la historia que cuenta, lo que hace al lector consciente de estar leyendo ficción (aumentado por el hecho de que le mayordomo se dirija directamente al lector), nos invita a seguir leyendo, porque al final, no deja de ser una característica realista que pone de relieve cómo es nuestro día a día, donde nosotros también distorsionamos y ocultamos la realidad… ¿Hasta dónde podemos creernos?

Finalmente, este relato, la confesión del mayordomo, le hace entenderse a sí mismo y consigue dar respuesta a esa pregunta que nos persigue a lo largo del libro «¿qué significa ser un "gran mayordomo"?» Y lo consigue al final, demasiado tarde, a la vista de esos «restos del día», viendo el atardecer desde la costa inglesa.

El estilo y el lenguaje que usa Kazuo Ishiguro (sin olvidar el buen trabajo del traductor de esta edición, Ángel Luis Hernández Francés) a priori no tiene nada de original o artificioso, pero recrea perfectamente la jerga de mayordomo y nos permite, sobre todo, ser perfectamente conscientes de esa falta de sintonía entre lo que dice y lo que piensa. Es precisamente esto lo que nos hace seguir la historia y descubrir las verdades sobre su antiguo señor, Mr. Darlington, ¿tiene realmente esa gran moral de la que alardea Mr. Stevens? Y las intenciones de seducción de miss Kenton, a las que él fue incapaz de atender, reconocer o a las que simplemente no se atrevió a reaccionar.

En definitiva, sin ser un tema que a priori parezca muy interesante, Los restos del día es definitivamente un libro muy divertido y original. Detrás de esa sencillez y aparente levedad de la obra, se puede apreciar que se esconde un preciosismo y cuidado muy meticuloso y merece la pena darle una oportunidad a ese mayordomo tan pedante.
Otros libros de este autor:

Nocturnos

Klara y el Sol

El gigante enterrado

Nunca me abandones

Cuando fuimos huérfanos

Los inconsolables

Un artista del mundo flotante

Pálida luz en las colinas

Kazuo Ishiguro
Cuando fuimos huérfanos (Kazuo Ishiguro)-Trabalibros
Nunca me abandones (Kazuo Ishiguro)-Trabalibros
Los inconsolables (Kazuo Ishiguro)-Trabalibros
Nocturnos (Kazuo Ishiguro)-Trabalibros
El gigante enterrado (Kazuo Ishiguro)-Trabalibros
Klara y el Sol (Kazuo Ishiguro)-Trabalibros
Pálida luz en las colinas (Kazuo Ishiguro)-Trabalibros
Libros con curiosas coincidencias:
Aunque son dos novelas muy distintas, comparten la particularidad de estar protagonizadas por un mayordomo.
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