La resistencia

"La resistencia" de Ernesto Sábato trasciende su condición de libro y adquiere las características de un verdadero testamento vital e intelectual y su autor trasciende la condición de escritor y pensador y asume la de sabio, la de padre, la de referente luminoso en la oscuridad.

En estas cinco cartas y un epílogo Sábato, que nunca abandona "cierta ferocidad en la búsqueda de algo absoluto, cierta perplejidad" hace un análisis lúcido de la temperatura ética y espiritual de nuestro tiempo, de lo que hemos perdido o en lo que nos hemos convertido. Llega a la conclusión de que el hombre, expulsado del cielo por la razón, la ciencia y la "dramática preocupación por lo económico", tampoco encuentra arraigo en la tierra. Sólo ha cambiado de altar para acrecentar su sentimiento de orfandad frente al mundo y frente al otro.

A pesar de esta situación de pobreza existencial y miseria espiritual Sábato conserva una "esperanza demencial" en las posibilidades de la grandeza humana. Para Sábato la sabiduría es la fidelidad a la condición humana. Condición humana que impulsa al hombre a la trascendencia y a la búsqueda de su núcleo más íntimo y sagrado a través de dioses, mitos y héroes.

El amor que siempre pertenece a la magnitud del milagro, el otro que siempre es el que nos salva, los objetos que cuando dejan de ser mercancía fungible se transforman en puentes para cruzar el abismo entre nosotros y el universo, el instante, el hoy y el aquí como forma de alcanzar la eternidad, la libertad que supera las servidumbres mentales, la fidelidad a lo que sentimos como nuestro destino, el valor vital de las "gestas cotidianas", la convicción de que nos salvaremos por los afectos, la vuelta a la serenidad y a una cierta lentitud como únicas posibilidades de florecer.

Todo esto según Sábato son ejemplos de que aun estamos a tiempo, de que no todo está perdido. Sábato sabe que a la vida solo le hace falta un pequeño resquicio para resurgir. Su lema es la resistencia, la espera activa. Es consciente de que "el mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria". Todo es posible si no ahogamos las constantes manifestaciones de verdadera vida que nosotros mismos alumbramos a cada momento.

Para terminar les dejo con un pequeño texto de Sábato a modo de credo: "Creo en los cafés, en el diálogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertad. Siento nostalgia, casi ansiedad de un infinito, pero humano, a nuestra medida".