Una joven española desembarca en Veracruz en 1936. Su nombre fue escogido en memoria del "instante del día en que todo renace", del momento en el que "cualquier cosa parece posible porque el espíritu se reinventa". Se llama Aurora.
Huye de una guerra civil, de la miseria, del pasado y de los recuerdos. Abandona una España triste de dolor y muerte para encontrarse con una ciudad mexicana "de brazos abiertos", revoltosa y bullanguera, acostumbrada a los bailes, las fiestas y las celebraciones. Llega a Veracruz en calidad de niñera de los Vigil de Quiñones y su viaje supone una huida hacia delante en la que pretende dejar atrás un terrible secreto familiar.
Aunque Aurora disfruta de una vida agradable, no es fácil para ella renunciar al país que la vio nacer, ni olvidar todo lo que le une a su tierra. Fue preciso para ella mantener su voluntad firme durante los primeros años y ahora cree que, en cierto modo, ha logrado dominarla. Sabe que la clave consiste "en prescindir del equipaje inútil. De las rémoras que arrastraba de un escenario a otro, de un capítulo de su vida al siguiente". Ella es del tipo de mujeres que no se amedrantan ante las adversidades y no tiene ninguna duda de que "la vida hay que tomarla como viene, de frente" porque aparcar las dificultades no sirve de nada.
Su país de adopción vive una época dorada en lo que a la industria cinematográfica se refiere. Frente a la producción americana, prácticamente paralizada por la II Guerra Mundial, México aprovecha la oportunidad y eleva su industria cinematográfica hasta competir directamente con Hollywood, elaborando películas de éxito y creando estrellas de la gran pantalla. Corre la década de los 40 y se está construyendo el llamado Hollywood hispano; el glamour de las estrellas se respira dentro y fuera de los estudios y el momento es inmejorable para cualquier persona que albergue aspiraciones en el mundo del cine.
En este contexto Aurora se reencuentra con Pablo Aliaga, un español al que conoció en Madrid antes de emigrar, durante el rodaje de un film titulado "Carne de fieras". La joven no puede evitar enamorarse de este hombre ambicioso y soñador, que ansía prosperar en las Américas convirtiéndose en un director de éxito y que está obsesionado por encontrar los rollos en los que se grabaron esta película maldita que nunca pudo ser concluida.
Por otra parte, durante la travesía a bordo del Île de France, el barco en el que viajó de España a México, Aurora conoció a Edwina Schäfer, una misteriosa pintora alemana con la que se relacionó durante el trayecto y que pasará después a regentar un conocido prostíbulo en México. Aurora y Edwina consolidarán su relación, que se convertirá en una amistad sólida y sincera que durará para siempre. Una vez establecida en México y aprovechando la ayuda del influyente productor cinematográfico que se encuentra al mando de Empire Productions, Diego Espejel, un hombre que le ofrece un trato especial por estar encaprichado de ella, logrará proyectarse como actriz adoptando el nombre de Vera Velier. El ascenso en la carrera de Aurora será tan fulgurante que llegará a conocer a importantes cineastas de la época que existieron realmente (como Miguel Morayta) y a encontrarse al mismo nivel que las grandes artistas de su época, de la talla de Lupe Vélez o Dolores del Río, en un juego creado por Teresa Viejo donde los personajes reales se relacionan con los inventados por su imaginación.
Curiosidades: - La popular periodista Teresa Viejo ha conducido un buen número de programas de televisión en TVE, Antena 3, Canal 9 y la televisión autonómica de Castilla La Mancha, además de dirigir y conducir varios programas de radio y ser colaboradora habitual en prensa escrita. Asumió la dirección de Interviú y se convirtió en la primera mujer al frente de una revista de información general. Desde 2001 ejerce como embajadora de Unicef en España.