"A veces un viento llega antes que la lluvia y provoca que los pájaros pasen volando delante de la ventana, pájaros del espíritu que cabalgan la noche, más extraños que los sueños".
A veces cuando lees un libro el viento de lo escrito llega antes que su significado, las palabras te rozan la sien sin llegar a quedar atrapadas por el sentido. Los pájaros del espíritu aletean a tu alrededor confundidos con las sombras. Parece un sueño, pero es más extraño. Así es este libro, extraño, más extraño que los sueños. Después de haberlo leído aletea a tu alrededor como un espíritu, como una lluvia.
Si desaceleras el movimiento paras el tiempo. Al separar mucho las causas de los efectos, las cosas apenas ocurren. Si ralentizas el tiempo humano lo conviertes en tiempo mineral, en tiempo geológico. La conciencia se vuelve hacia sí misma buscando la introversión máxima, el "Punto omega". El paroxismo. La vuelta hacia la materia inorgánica. Se busca con ello la expulsión del ser, el regreso a la piedra.
El punto omega, la salida del tiempo, la sensación de "sentirse nadie en ningún sitio", son imposibles de encontrar en la ciudad, ya que "las ciudades se construyeron para medir el tiempo", el tiempo que nos queda antes de morir. Se debe ir al desierto si realmente se quiere "ver lo que hay". Esto es algo que Richard Elster -ex-asesor de guerra del Pentágono- sabe muy bien.
En el desierto no hay "ruido de fondo", por eso allí se puede absorber el espacio y el tiempo por todos los poros y eso es lo que hace Elster en su refugio hasta que llegan Jim Finley -cineasta que pretende rodar una película sobre Elster- y Jessie, la extraña hija del ex-asesor.
Con Elster Jim aprenderá "que la verdadera vida ocurre cuando estamos solos, pensando, sintiendo, perdidos en el recuerdo, soñadoramente conscientes de nosotros mismos, los momentos submicroscópicos"; que se puede prescindir de las palabras para experimentar la vida intensamente, que los demás son siempre un conflicto, que la literatura sirve para curar el terror, que nuestro deseo último es volver a ser inorgánicos ("la materia muerta que antes éramos"), que cada momento perdido es la vida, que lo que los demás no saben de ti es lo que te permite conocerte a ti mismo.
Pero Elster no es un Buda y al final toda su sabiduría no le sirve frente al dolor, el dolor por la desaparición de su hija en el desierto, el dolor por su fracaso como padre, el dolor que le hace envejecer y caer de nuevo en el tiempo, el dolor que lo aleja del punto omega. Su mirada ya no se fija en los objetos, sino en los pensamientos. Está derrotado, ahora es inconsolablemente humano.
Curiosidades: - La novela empieza y acaba con dos capítulos sin numerar, "Anonimato" y "Anonimato II", inspirados por "Psicosis 24 horas", obra videográfica de Douglas Gordon que se instaló en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en el verano de 2006. Las reflexiones sobre la dilatación del tiempo que provocó esta video-obra en DeLillo son el germen de "Punto omega".