"La persona noble conserva durante toda su vida la ingenuidad e inocencia propias de la infancia".
(Confucio)
Diríase que cuando crecemos y nos convertimos en adultos nos desligamos de la niña o el niño que una vez fuimos. La mirada que le dedicamos al mundo cambia: olvidamos la ingenuidad, la espontaneidad, los miedos más básicos, la apreciación de lo simple, el valor de la naturalidad, la felicidad inmediata de los actos más nimios. Los años y las vivencias nos curten por fuera y por dentro y nuestra visión de la realidad se transforma para siempre.
Podríamos pensar que es así en todos los casos. Nos equivocaríamos.
Paloma Mozo San Juan es la prueba. A lo largo de este libro nos sitúa en el punto de vista de una mujer adulta, narradora en primera persona, que nos relata episodios de su
infancia tal y como los vivió en aquellos momentos. Esto es, aun y todo lo aprendido a lo largo de los años, es capaz de conservar esa visión inocente y la esencia de la niña que fue. Y es un ejercicio admirable tanto desde el punto de vista narrativo como personal.
Veinte relatos o capítulos conforman esta obra; aunque podrían funcionar de manera independiente, poseen cierta continuidad que les hace encajar como un puzzle de vivencias. En cada uno de ellos la narradora, cuyo nombre y edad exacta no llegamos a conocer, nos describe una escena, experiencia, anécdota… de su tierna infancia. La autora ha juntado y revuelto experiencias propias y ficción y el resultado nos lo narra con la prosa que la caracteriza: sencilla, clara y con un humor inteligente e irónico. Las letras de Paloma se disfrutan porque, aparte del cuidado con que las escribe, demuestra una capacidad innata para fijarse en los detalles cotidianos que la mayoría pasamos por alto. Los describe con naturalidad y nos sorprende la evidencia que descubre ante nuestros ojos.
Tanto en la portada, como al principio y final del libro y entre los capítulos encontramos una serie de ilustraciones a modo de collages, realizados por el colectivo "
Mujeres que cortan y pegan". Son piezas de
poesía visual que complementan al texto y juntos convierten este libro en una cuidada obra de arte, además de coleccionista, ya que su edición se ha limitado a 250 ejemplares numerados.
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Primer párrafo" ha salido adelante con la valiosa colaboración de un grupo de mujeres que busca visibilizar su trabajo y pretende reivindicar su lugar en el mundo del arte:
Paloma Mozo San Juan: periodista (aunque en la actualidad no ejerce como tal) madrileña. Esta es su segunda novela, la primera lleva por título Me la he cargado, publicada con la editorial Alfaguara.
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Mujeres que cortan y pegan": asociación de mujeres artistas que se expresan a través de los collages y buscan dar a conocer su valía en este campo.
Editorial Piezas Azules: editorial independiente de edición de escritores noveles y reedición de descatalogados célebres. Sin ánimo de lucro, las ganancias obtenidas las destinan a la publicación de otras obras.