Platón quería expulsar de su "república", de su ciudad ideal a los poetas por mentirosos, pero lo que en realidad le molestaba eran sólo los malos poetas. Y los malos poetas lo son fundamentalmente por dos razones: la primera por no "sentir en absoluto la influencia secreta del cielo" y la segunda por falta de método. La primera razón no tiene arreglo si no eres uno de los llamados. La segunda sí lo tiene, sólo se necesita un método.
Boileau te ofrece uno que, a juzgar por su influencia durante más de dos siglos y las alabanzas de Voltaire y Racine debe ser muy bueno: el que no sabe contenerse no sabe escribir, antes de escribir aprended a pensar, tened oido para la cadencia, apresuraos lentamente, despojaos de la arrogancia de la autoría, el secreto es agradar inicialmente y luego conmover, la rima debe servir a la razón y no al revés, evitad detalles inútiles, amad que se os critique y dóciles a la razón corregid sin replicar, que los versos no sean vuestro empleo permanente, cultivad vuestros amigos, sed hombres de fe.
Boileau en todos estos consejos pretende con espíritu pedagógico "enseñar unas buenas reglas de poesía" y además hacerlo de forma "atractiva y con gracia", de manera que cautive a los no especialistas. Es muy evidente la influencia de Aristóteles y Horacio en los Cantos II y III, pero es en los Cantos I y IV donde he encontrado todo un vademecum de reglas generales de escritura muy aprovechables también hoy en día. No vayáis a talleres de escritura, leed a Boileau. Sólo con una docena de sus consejos se obraría en vuestra escritura un pequeño milagro. Al final me quedo con una idea citada por Boileau que no por conocida deja de impresionarme: lo verdadero es hermoso y si está bien expresado conmueve a los hombres. ¿Hay mejor poética que esta?