Esta tronchante novela cuenta una historia descabellada, la de un proyecto para introducir el salmón en un país árabe. ¿La idea? De un jeque encantador. ¿A quién se lo encomiendan? A un pobre científico británico que inicialmente la rechaza. ¿Qué pasa? Que al principio un asesor de comunicación de las más altas instancias gubernamentales ve en el proyecto una percha para apoyar a su jefe y da las órdenes pertinentes para que el científico, sí o sí, lo haga. Alfred Jones, encantador protagonista, acaba pasando por el aro, mientras que en su matrimonio hay algo que no marcha. Y luego cambian los vientos, porque con la misma facilidad con que algo se apoya, algo se rechaza para luego volver a estar de moda. Y al final es un auténtico desastre, aunque Alfred aprende algo importante.
Algunos pensarán al leer esta novela que es imposible que esto suceda. Los que han trabajado en comunicación corporativa o política saben que iniciativas así es posible que pasen y disfrutarán con “La pesca del salmón en Yemen” como enanos.
Humor británico a raudales, un retrato genial de lo que es ese mundo de querer salir en los papeles con algo positivo para que hablen, lo absurdo de la imagen, lo patético del pobre Alfred o de las oficinas y las burocracias, y el demoledor retrato de su mujer que es una pelmaza y va a su bola y no le hace ni caso.
Una excelente novela en definitiva para pasar el rato y reírse mucho, una novela sin grandes problemas muy entretenida y recomendable, especialmente para directores de comunicación y similares.
Curiosidades: - El autor de "La pesca del salmón en Yemen", Paul Torday, trabajó en la industria de la ingeniería marina. Este autor conoce bien Oriente Medio ya que es una zona donde ha viajado muchas veces por motivos de trabajo; también conoce bien la pesca del salmón, ya que es una de sus aficiones preferidas.